«Trabajar la comprensión lectora desde una edad temprana sienta las bases de todo el aprendizaje futuro»

La lectura es fundamental para un buen desarrollo. Desde las edades más tempranas, hay que trabajarla, ya sea leyendo un cuento, un chiste o los ingredientes de una receta. De ello hablamos con Meira Koponen, desarrolladora de aprendizaje y experta en Pedagogía en Kahoot!, quien ofrece algunos consejos para fomentar la lectura desde casa.

Leer y comprensión lectora son dos conceptos diferentes que, en ocasiones, las familias confunden. Hay padres y madres que dicen que sus hijos leen todos los días y no se preocupan de más. ¿Puedes explicarnos las diferencias?

Aprender a leer significa aprender a descifrar las palabras de una página, es decir, reconocer las letras y entender cómo forman palabras. Para conseguir hacer este mecánico proceso de conversión de las letras en sonidos más ameno y atractivo para los niños, se puede introducir el juego, como rimar y jugar con los sonidos.

La comprensión lectora es lo que convierte la lectura en aprendizaje. Requiere la capacidad de descodificar palabras, pero va más allá, significa entender el texto. Por ejemplo, un niño puede leer un chiste (palabra por palabra), pero la verdadera comprensión es cuando realmente entiende el chiste y se ríe. Esto hace que la lectura sea más divertida.

La comprensión es, sin duda, una habilidad que va en aumento. Al principio, los niños entienden historias y personajes sencillos. A medida que progresan, pueden resumir, analizar y aplicar lo que leen, ya sea un libro de texto, un artículo de periódico o literatura más compleja, como la poesía. Con el tiempo, una buena comprensión ayuda a los niños a leer de forma crítica y a reflexionar sobre lo que leen, convirtiendo la lectura en una poderosa herramienta de aprendizaje.

-¿A partir de qué edad un niño es capaz de entender lo que lee?

Los niños suelen empezar a desarrollar habilidades lectoras básicas en torno a los 5 y 8 años, y la comprensión lectora debe formar parte de las actividades de lectura desde el principio. En esta etapa, suelen ser capaces de descifrar palabras sencillas y emparejar palabras con dibujos. También pueden jugar con rimas, cambiando sonidos para formar palabras nuevas, como 'gato', 'sombrero' o 'alfombrilla'. Además, en esta edad deben empezar a captar el significado de frases cortas, aunque la comprensión lectora completa evoluciona con el tiempo.

La edad en la que los niños están preparados para pasar de aprender a leer a leer para aprender varía individualmente y puede depender de la lengua. Alrededor de los 8 o 9 años, en la escuela se espera que lean textos breves y respondan a preguntas relacionadas con ellos. A medida que crecen, mejora su capacidad para comprender significados más profundos.

Así pues, aunque la comprensión básica empieza pronto, junto con el aprendizaje de la lectura, la verdadera comprensión lectora sigue desarrollándose a lo largo de la infancia y más allá.

-¿Cómo pueden las familias trabajar la comprensión lectora en casa?

Incluso antes de que un niño lea con fluidez, pueden desarrollarse habilidades básicas. Actividades sencillas como cantar o recitar juntos canciones infantiles ayudan a los niños a reconocer patrones y ritmos en el lenguaje. Esto favorece el desarrollo de la conciencia fonológica, una habilidad clave para la lectura. La conciencia fonológica se refiere a la capacidad de oír sonidos individuales en palabras habladas, una habilidad que más tarde se traslada a la lectura de palabras escritas.

Leer juntos con regularidad aumenta el vocabulario y refuerza la comprensión del niño de las estructuras de los cuentos para el futuro. Hacerle preguntas mientras lee, como por ejemplo: '¿Qué crees que pasará después?' o '¿Por qué crees que este personaje está triste?'. Cuando se encuentre palabras desconocidas, tomarse un momento para adivinar su significado a partir del contexto, y luego animar al niño a utilizar esas palabras en distintos contextos. Los juegos como «Yo espío» también son una forma divertida de fomentar el juego de palabras.

Utilizando libros ilustrados, animando a los niños a volver a contar historias con sus propias palabras y a participar en juegos de rol, representando sus escenas favoritas con marionetas o juguetes.

Las herramientas digitales también pueden potenciar la lectura. Por ejemplo, en Kahoot! Aprende a leer de Poio, los niños se inician en las letras y los sonidos a través de una aventura narrativa en la que su objetivo es salvar a los personajes del juego. Así, aprenden a descifrar y construir palabras, creando finalmente un libro de cuentos que pueden leer.

-Cuando ya son preadolescentes o adolescentes, que muchas veces no quieren… ¿existe algún truco?

Cuando los preadolescentes o adolescentes pierden el interés por la lectura, ¡puede ser todo un reto! La clave suele estar en aprovechar sus intereses y darles autonomía sobre lo que leen. Muchos adolescentes responden bien a las recomendaciones de sus amigos, y si ven que sus compañeros disfrutan con un libro concreto, pueden sentirse más motivados para leerlo.

Hay que animarles explorar distintos tipos de materiales de lectura que coincidan con sus intereses, ya sea una novela, una novela gráfica o incluso una revista. Algunos adolescentes prefieren los audiolibros o los libros electrónicos, que pueden resultar más accesibles, sobre todo para los lectores reacios.

Para quienes los libros largos resultan desalentadores, los formatos más breves, como los relatos cortos, las novelas o las series de libros con capítulos rápidos y satisfactorios, pueden hacer que la lectura resulte más llevadera.

También se les puede animar a hablar sobre lo que están leyendo: a muchos adolescentes les gusta debatir sobre temas, personajes o historias, lo que hace que la lectura resulte más interactiva y atractiva.

Por último, si a un adolescente le cuesta encontrar tiempo para leer, hable con él sobre la posibilidad de reservar un tiempo específico cada día para desconectar de los dispositivos y centrarse en un libro. Un tiempo dedicado a la lectura puede ayudar a crear un hábito y hacer que leer parezca menos una tarea.

-¿Por qué es vital trabajar la comprensión lectora desde bien pequeños?

Trabajar la comprensión lectora desde una edad temprana sienta las bases de todo el aprendizaje futuro. Los niños con una buena capacidad de comprensión están mejor preparados para entender historias, instrucciones y conceptos de asignaturas como matemáticas, ciencias e historia. La comprensión también implica pensamiento crítico, como analizar personajes, sacar conclusiones y hacer predicciones, habilidades que son cruciales no sólo para el éxito académico, sino también para la toma de decisiones en la vida real.

Una buena comprensión lectora ayuda a los niños a articular sus pensamientos con mayor claridad y a participar en conversaciones significativas, tanto académica como socialmente. Además, ser capaz de captar los matices de un texto fomenta el amor por la lectura, que se sabe que mejora habilidades blandas como la empatía y reduce el estrés. Dicho de otra manera, invertir en la comprensión lectora a una edad temprana es realmente una inversión de futuro.

-Padres y madres… ¿han de predicar con el ejemplo?

Por supuesto. Los niños suelen imitar lo que ven, de modo que cuando los padres demuestran pasión por la lectura, transmiten un poderoso mensaje sobre su importancia. Además, cuando padres e hijos leen juntos o comentan libros, se crea una magnífica oportunidad para conectar en familia.

Nunca es tarde para iniciarse en la lectura: unirse a un club de lectura puede llevar a conocer nuevos amigos, o puede que descubran que sumergirse en un libro ofrece una refrescante vía de escape del ajetreado mundo de las pantallas y las notificaciones.

-Meira, eres finlandesa. ¿Cómo es allí la relación de la lectura y los niños? ¿Cómo se trabaja? 

Somos un país pequeño con una lengua que pocos entienden. El acceso a la literatura de calidad es vital para nosotros: ¡las historias nos hacen y nos forman! En Finlandia se valora mucho la relación entre la lectura y los niños; todos los recién nacidos reciben su primer libro del Gobierno, lo que permite a los padres empezar a leer a sus bebés desde muy pronto. Las escuelas y las bibliotecas colaboran estrechamente, y muchos profesores llevan semanalmente a sus alumnos a la biblioteca. Lo ideal es que la biblioteca pública esté situada en el mismo edificio que la escuela.

Como muchos otros países, también nos esforzamos por animar a nuestros adolescentes a leer más: los teléfonos inteligentes han restado tiempo a los libros también en la vida de los adultos. La comprensión lectora es crucial para todos los países, especialmente en una época en la que nos encontramos con noticias falsas casi a diario. No es algo que mejore por sí solo; requiere esfuerzo, no sólo para coger un libro, sino también para garantizar que todo el mundo tenga acceso a una literatura diversa y atractiva para todas las edades.