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Así se abordan los problemas de los escolares dentro y fuera de la clase

Los departamentos de Orientación de los colegios trabajan de forma coordinada con el equipo de profesores para dar respuesta a las necesidades de los alumnos y sus familias

Belén Rodrigo

A lo largo de toda la etapa educativa tanto alumnos como padres y profesores pueden necesitar el acompañamiento de un orientador para hacer frente a distintas situaciones que se presentan, ya sean de índole personal o de aprendizaje. La figura del orientador educativo , que suele tener una formación superior en Psicología o Pedagogía, ha ido cobrando protagonismo en los colegios, participando de forma muy activa en su día a día y desempeñando diversas funciones . Entre ellas, puede prevenir diversidad de problemas, como el fracaso escolar, adicciones físicas y psicológicas, ansiedad, depresión, suicidio o hábitos de salud negativos.

Tal y como muestra el informe de la Confederación de Organizaciones de Psicopedagogía y Orientación de España, la distribución de orientadores en los centros públicos españoles es muy heterogénea y no hay un modelo común, con grandes diferencias en función de las Comunidades Autónomas. A grandes rasgos, «existen dos modelos de intervención: uno, que prioriza la orientación educativa en los propios centros y otro, externo a los centros», se indica en el documento. En la mayoría de las regiones, los centros de Educación Secundaria, por ejemplo, presentan una ratio de un orientador por cada 700/800 alumnos cuando la recomendación de la UNESCO es de un orientador por cada 250 alumnos.

Maite Garaigordobil Landazabal, doctora en Psicología, y ex catedrática de Evaluación y Diagnóstico Psicológico en la Facultad de Psicología de la Universidad del País Vasco es partidaria de la presencia de los psicólogos educativos en los centros, delimitando bien sus funciones y diferenciándolo de otros roles profesionales. «El psicólogo es una figura clave y fundamental dentro de un centro educativo en todos los niveles siendo su función prioritaria a tender y fomentar el desarrollo psicológico, el bienestar psicológico y la salud mental en los agentes principales del sistema educativo: alumnado, profesorado y familia», comienza por señalar la experta. Desde esta perspectiva, su trabajo implica dos grandes objetivos. Por un lado «evaluar y diagnosticar para aportar un análisis psicológico de las diferentes situaciones y problemáticas» y por otro «intervenir, proponer y desarrollar planes de actuación que den respuesta a los problemas identificados». Si nos centramos en problemas sociales que se podrían evitar o disminuir con su trabajo, señala «la conducta violenta en general, la violencia entre iguales (bullying/cyberbullying), el sexismo y la violencia de género, la violencia racista, la violencia motivada por las creencias religiosas, por la ideología política…».

Cree que los problemas que hay que abordar en los colegios son complejos, especialmente los referidos a la conducta y a las emociones, por ello «es necesario contar con un profesional especializado con conocimiento y saber hacer que permita evaluar para conocer y comprender las causas de la problemática que se presenta, para indicar las pautas idóneas para una evolución positiva, para intervenir en el momento oportuno, para aportar al profesorado y familias la información que facilite la comprensión del problema y las acciones para mejorar estas situaciones».

Trabajo con las familias

En los colegios concertados y privados llevan años apostando por los oreintadores, que trabajan muy de la mano de los profesores. lIciar Riesgo, psicóloga, trabaja en el departamento de Orientación en el colegio privado Kensington School de Pozuelo de Alarcón (Madrid). Se ocupa de los alumnos más mayores, a partir de 3º de la ESO, y otra compañera de los más pequeños, además de contar con la ayuda de una orientadora académica. Ella también es partidaria de que en estos departamentos haya al menos un profesional de la Psicología. Según la etapa en la que se encuentra el alumno se trabajan más unos aspectos que otros. Con los más pequeños se detectan retrasos o precocidad y «a partir de 3º y 4º nuestro cometido es atender la parte social porque cobra más importancia. Puede no tener amigos, confrontarse con el profesor o aparecer problemas de comportamiento ante la falta de límites», cuenta Riesgo. En la ESO se encuentra «con problemas de conducta, adicciones, trastornos de alimentación…Vivimos en un momento social complejo, con pocos límites. Cuando se exhibe al mundo y se excede nada le puede frenar», añade. En todas las problemáticas que abordan, « es fundamental el trabajo que se realiza con la familia , la comunicación debe ser constante», matiza. En el caso de este colegio, «tenemos un vínculo con el alumno, participamos en la vida escolar», explica la psicóloga. Reconoce que con la pandemia el nivel de trabajo ha cogido un ritmo vertiginoso. «En muchos casos el alumno se ha roto porque los profesores y los adultos se han roto». Hay temas como el suicidio que les preocupa ahora más que antes. «Tenemos todas las semanas reuniones donde listamos a los alumnos en riesgo por situación de desánimo, desmotivación, posible suicidio… Les hacemos un seguimiento y estamos en contacto con las familias. El suicidio hay que afrontarlo de cara», subraya.

En el Colegio Internacional SEK Ciudalcampo el departamento de Orientación cuenta con cuatro psicólogos y trabajan de la mano de enfermería, creando un departamento de Salud y Bienestar. «En nuestro trabajo hay una parte académica y otra social, y contacto con familia. La formación en Psicología nos ayuda», reconoce Álvaro Ruiz de la Sierra, coordinador del departamento de Orientación de dicho centro. Trabajan con alumnos, profesores y familias en muy distintos aspectos tanto en prevención, como la educación socioemocional , o en planes de educación con formaciones. «En la parte de apoyo al aprendizaje se trabajan las necesidades del alumno», cuenta Ruiz de la Sierra. Además, está la parte de orientación académica. Con los alumnos hacen mucho hincapié en la parte emocional. «Hay mucha demanda de atención en salud mental y hay familias que piden ayuda», explica el psicólogo. En ocasiones tienen sesiones diarias con los alumnos «y si hace falta se deriva a una atención externa, siempre buscando la reincorporación del alumno». En este colegio privado los orientadores participan en las tres tutorías anuales que los profesores tienen con los padres y que pueden ser más si la situación lo requiere.

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