Todos los que temen a Ghislaine Maxwell, la madama de Jeffrey Epstein

«Estoy totalmente preocupado por su seguridad», aseguró a «The New York Post» hace unos días Christopher Mason , presentador de televisión y amigo de la «socialite» británica y compañera sentimental de Epstein . «¿Creo que está en peligro? Sí», añadió Mason, en una referencia a la muerte de Epstein. El multimillonario neoyorquino se quitó la vida en la celda de una prisión de Manhattan. Su familia negó esa posibilidad y defendió que fue un homicidio, lo que abrió un torrente de especulaciones sobre quién podría beneficiarse de su muerte.

Ahora Maxwell está camino de una situación similar . Está en un centro correccional de New Hampshire, pero esta semana será trasladada a Nueva York. Probablemente, ingresará en la misma cárcel de Manhattan en la que murió Epstein o en un centro de detención de Brooklyn, al otro lado del East River. El viernes está prevista una comparecencia inicial ante el juez, después de que la semana pasada la Fiscalía le acusara formalmente de «asistir, facilitar y participar» en la trama de abuso de menores de Epstein, además de «reclutar, preparar y abusar» de las víctimas, que en algunos casos tenían solo 14 años. Son un total de seis cargos por los que se enfrenta a una pena máxima de 35 años de cárcel .

La posibilidad de que Maxwell coopere con las autoridades para conseguir un mejor trato penitenciario o la simple celebración de un juicio en el que se ventilen los enredos turbios de Epstein y su madama podrían preocupar a muchos. Entre las personalidades que pertenecieron al círculo íntimo de Epstein y Maxwell hay miembros de la realeza, políticos del nivel más alto, multimillonarios y famosos.

Entre los más conocidos está el Príncipe Andrés , amigo íntimo de Maxwell y de Epstein. Al actual Duque de York se le ve en una foto con Virginia Roberts Giuffre , la joven que más ha agitado las acusaciones contra Epstein, en la mansión de Londres de la ahora acusada.

También está Bill Clinton , que desarrolló una amistad con el malogrado financiero neoyorquino. Utilizó en varias ocasiones su avión privado -conocido como «Lolita Express», por la cantidad de jóvenes que viajaban en él de una a otra mansión de Epstein- y se le vio en la isla privada del multimillonario en el Caribe, según aseguró recientemente un empleado de la propiedad, aunque el expresidente de EE.UU. lo ha negado. El actual presidente del país, Donald Trump , también coincidió en fiestas con Epstein -eran vecinos tanto en Nueva York como en Palm Beach (Florida)- y dijo de él que era un «tipo magnífico» al que «le gustan las mujeres guapas tanto como a mí». Tras la detención de Epstein el año pasado, aseguró que no había hablado con él en 15 años.

Otro mandatario, esta vez de Israel, también está en el foco. El exprimer ministro Ehud Barak ha reconocido que vio a Epstein en decenas de ocasiones y, aunque negó haber participado en fiestas sexuales, viajó a su propiedad en el Caribe, a la que algunos bautizaron como «La isla de los pedófilos». Hay muchos más: por ejemplo, Lawrence Summers , expresidente de Harvard y exasesor económico de Barack Obama , que también voló en el «Lolita Express»; o Alan Dershowitz , un abogado de altos vuelos que trabajó para Epstein y al que han acusado de participar en los abusos a menores. También multimillonarios como Lex Werner , el magnate de Victoria’s Secret, que fue clave en el ascenso financiero de Epstein; Glenn Dubin , una estrella de los hedge funds, que abusó supuestamente de menores proporcionadas por Maxwell; o Clare Hazell , una mujer estadounidense que entró en la nobleza irlandesa como condesa de Iveagh tras casarse con un miembro de la dinastía cervecera Guiness, y que también fue habitual del «Lolita Express». Estos, y muchos más, estarán muy pendientes de lo que hable y calle Maxwell.