Mañana náutica y tarde de cine para la Reina y sus hijas

Antes de partir, los Reyes quisieron saludar personalmente a la tripulación de un velero muy especial, el «Aldebarán». Todos los tripulantes de este barco tienen algún grado de discapacidad (entre ellos, hay un ciego y un sordociego) y, si han conseguido participar en la competición náutica más importante del Mediterráneo, ha sido por la mediación del Rey. A él se dirigieron para pedírselo, y Don Felipe consideró que su ejemplo era importante para que personas con discapacidad se puedan incorporar en competiciones de primer nivel. A pesar de la dureza de esta regata y de que su barco no es el más competitivo, el «Aldebarán» iba en el puesto 24 de los 27 que compiten en su categoría y aún sueñan con «ganar al Rey», aunque él compite en otra clase.

Tras conversar con estos regatistas, la Reina y sus hijas acompañaron a Don Felipe a embarcar en el «Aifos 500» , velero en el que subieron y pasaron a su interior, que está perfectamente equipado con cocina, baño, camarotes... Todo de diseño. Doña Letizia, la Princesa y la Infanta estuvieron conversando con la tripulación del «Aifos 500», cuyos integrantes son o han sido miembros de la Armada Española y, entre ellos, hay una mujer.

Cuando el barco del Rey se dispuso a hacerse a la mar, la Reina y sus hijas desembarcaron -Don Felipe, siempre pendiente de ellas, les ofreció su brazo para saltar a tierra-, y la sorpresa fue que, en lugar de abandonar el Club, Doña Letizia decidió quedarse y mostrar las instalaciones a la Princesa y la Infanta. La Reina llevó a sus hijas hasta el muelle donde estaba atracado el «Aldebarán» , el barco de los discapacitados, y retomó la conversación con los tripulantes, a los que preguntó peculiaridades del velero. Justo en esa zona había unas cámaras grabando un documental y cuando se percataron de la presencia de la Reina y sus hijas, interrumpieron lo que estaban filmando y empezaron a enfocarlas. «Seguid, seguid» con el documental, les pidió Doña Letizia.

La Reina continuó su recorrido y llevó a sus hijas hasta el puesto de los kiwis, un stand en el que ofrecen un aperitivo saludable. Las tres estuvieron hablando con los jóvenes que atienden el puesto, todos ellos estudiantes universitarios, y s e estuvieron informando de las numerosas variedades de kiwi presentes en el mercado español, especialmente los amarillos, y las que pronto llegarán, que incluirán kiwis negros y rojos, entre otros.

Doña Letizia, la Princesa y la Infanta permanecieron una hora y cuarto en el Náutico. Antes de abandonarlo, pasaron a la cafetería, donde se encontraron con una amiga de la Reina y estuvieron conversando con ella. Durante el recorrido, la Reina también se encontró con la regatista olímpica Natalia Vía-Dufresne , con la que estuvo charlando un buen rato. Esta regatista, que en otras Copas del Rey compitió con hombres y los ganó, en esta regata compite solo con mujeres en una clase nueva que es exclusivamente femenina, la Women’s Cup. Doña Letizia se despidió del Náutico diciendo que pronto se la volvería a ver por allí.

Mientras tanto, en altamar, Don Felipe dirigió el «Aifos 500» hacia el campo de regatas. La anécdota se produjo cuando el Rey se encontró con su ahijada, Martina Jáudenes , que seguía la competición náutica desde otro barco. Martina es hija de Eugenio Jáudenes , piloto de Iberia y amigo íntimo del Rey, con quien compartió numerosas regatas en su juventud. Martina es influencer y ha creado su propia marca de cosmética natural, Mumdose. Don Felipe estuvo en septiembre de 2017 en su boda con el empresario hostelero Luis Abascal . El «Aifos 500» se acercó a la embarcación para saludar a la joven, que llevaba un bikini blanco y se cubrió con una toalla para saludar al Rey y a sus compañeros.

A su regreso al Náutico, el Rey coincidió con el Rey Harald de Noruega, que a sus 83 años también compite en la Copa del Rey Mapfre , a bordo del «Fram XVIII» y en la misma clase que Don Felipe, la de los Club Swan 50.

Por la tarde, la Reina y sus hijas acudieron al cine con Doña Sofía, que volvió a ver «El Rey León», la misma película que contempló el martes con sus otras dos nietas, Victoria e Irene. Y es que, como dijo Doña Sofía a la salida, le gusto «mucho».