Julie Gayet duda entre ser actriz o ser primera dama de Francia

La plena consagración a su carrera de actriz tendría la ventaja del triunfo de la vocación, en detrimento de una historia de amor condenada a una imprevisible intermitencia. Mientras duda, Gayet se ha visto forzada a eclipsarse públicamente. La actriz ha decidido no estar presente en la ceremonia de los César del cine francés, para evitar el previsible acoso periodístico y profesional.

Gayet está nominada al César del segundo papel femenino, como la madre de Carla Bruni. De entrada, esa nominación suscitó cierta emoción. Las malas lenguas comentaron que esa repentina ascensión profesional era la consecuencia lógica de las relaciones amorosas entre la actriz y el presidente. Muchos amigos y colegas salieron en defensa de Gayet , en vano. La actriz tiene otras cartas profesionales. Su sólida situación financiera familiar le ha permitido seguir adelante con una carrera de productora de películas casi siempre minoritarias.

Gayet ha participado como actriz en una veintena de películas . Ninguna había conseguido ningún eco particular. Su carrera profesional, en ese campo, vegetaba en la más palmaria invisibilidad, hasta primeros de enero. La revelación de los amores entre Gayet y Hollande dio una repentina visibilidad a su discretito papel en Quai d'Orsay, la última película de Bertrand Tavernier, un «bodrio» de mucho cuidado, donde Gayet oficia de consejera diplomática para asuntos africanos de un ministro francés de Asuntos Exteriores (Dominique de Villepin) sencillamente peregrino.

Un largo rosario de amigas de nuevo cuño hacen todo tipo de comentarios sobre la «integridad», la «entereza» y el «realismo» de Gayet, glosando al infinito su talento de actriz. La aventura sentimental con Hollande ha tenido un resultado profesional evidente : una actriz desconocida, hasta ayer, se convierte en repentino juguete audiovisual, sobre el que todo el mundo opina y discute, con muy distinto conocimiento de causa.

La pareja Hollande-Gayet se habría visto en una ocasión, al menos, tras las revelaciones del semanario Closer, a primeros de enero. Un encuentro en dos meses cortos no parece confirmar un apasionamiento amoroso muy frenético. Claro está, la pareja ha podido verse en otras ocasiones , muy discretamente. El presidente y la actriz parecen coincidir en un punto: dar tiempo al tiempo, reflexionar. Mientras Hollande parece poco dispuesto a contraer matrimonio, la actriz duda entre el amor ocasional y la carrera profesional.