El Papa defenderá la dignidad de la vida en un centro de niños descapacitados

Ese impulso a la renovación espiritual y humana se hará camino en la andadura del Papa desde el Vaticano hasta Santiago, un viaje testimonial en Año Santo (no se celebrará otro Xacobeo en la próxima década, hasta que el 25 de julio vuelva a coincidir con un domingo) que servirá para reencontrarse con los fieles, puesto que, como señaló la Comisión Permanente de la Conferencia Episcopal en su exhortación pastoral del 30 de septiembre, "sabemos bien que donde está Pedro, allí está la Iglesia católica" . Y valga para ello también el llamamiento a esa Iglesia en las urbes receptoras, que se verán casi colapsadas a efectos de transporte público y tráfico urbano por la visita, y que consiste en que los feligreses vayan a recibir al Santo Padre en todo su recorrido, no solo en los lugares clave.

Esos lugares protagonistas del peregrinaje del Papa serán la Catedral compostelana, donde Benedicto XVI cumplirá con todo el "perfecto ritual" del peregrino: abrazará al Apóstol Santiago, visitará el bellísimo y recién restaurado Pórtico de la Gloria, se refugiará con momentos de oración en la cripta donde yacen los restos del Santo, y saldrá de la nave central por la Plaza de Quintana para volver a acceder al templo por la Puerta Santa. Se ganará así la "compostela" como buen caminante tras mantener un breve encuentro privado con los Príncipes de Asturias, así como del líder de la oposición Mariano Rajoy , y de asomarse en la balconada de la Plaza del Obradoiro para saludar a la congregación. El recinto en Santiago estará limitado a 6.000 plazas en el exterior de la Plaza, mientras 700 invitados lo seguirán dentro del majestuoso templo. Sin embargo y aunque la Conferencia Episcopal Española no se atreve a dar una estimación de los fieles que seguirán de cerca la visita religiosa en la capital gallega, el arzobispo compostelano se ha aventurado en las cifras: unas 200.000 personas vivirán "in situ" esta visita apostólica.

Durante su estancia en Santiago, almorzará en la cercana sede del Arzobispado y regresará a la Catedral para celebrar una Santa Misa en la que no faltará una parte de la homilía leída en gallego, como es costumbre en estos viajes del Pontífice se dirige a los fieles en los idiomas oficiales del lugar que pisan. El sábado 6 de noviembre pernocta en Barcelona y, madrugador, se despierta -también con el catalán, el castellano y el latín como hablas del "lenguaje universal que predica la Iglesia católica en el mundo", ha rubricado hoy en rueda de prensa un portavoz de la Conferencia Episcopal- ante 6.500 personas en el interior de la Sagrada Familia y 51.000 sillas acomodadas en derredor del templo (si bien en estas proximidades caben hasta 400.000 personas). El título de "templo" no lo ostentará el edificio icono de la obra de Antonio Gaudí por muchas horas más, ya que tras la consagración se convertirá en Basílica con la facultad de celebrar misas desde este sacro 7 de noviembre.

El mismo portavoz recalcaba hoy que "tras la visita del Papa, que ha sido empeño personal como admirador que es de la obra de Gaudí, adonde quiso acudir con anterioridad y no pudo, en la Sagrada Familia no se accederá como sucede hasta la fecha pagando 12 euros por verla, porque a partir de ahora ya se oficiarán misas en el interior". Una vez formalizada la ceremonia de dedicación del templo expiatorio, también en este punto Su Santidad mantendrá un encuentro con los feligreses que aguarden frente a la Fachada de la Natividad, donde al filo del mediodía rezará el Agenlus Domini. Quedará para los anales de la historia la casualidad de que el último viaje papal a la ciudad condal, el de Juan Pablo II en 1982, se produjese también un 7 de noviembre cuando ante el repleto estadio del Nou Camp, dejó impreso el legado de "que la familia sea siempre entre vosotros Iglesia doméstica".

El Papa culminará sus 32 horas en España de viaje frenético, henchido de actividades, con una visita muy especial. La Obra Bénefico-Social "Nen Déu" (Niño Dios) acoge desde hace 120 años a niños que padecen síndrome de Down y otras discapacidades psíquicas, intelectuales o físicas. Allí, un pequeño se dirigirá a Benedicto XVI haciéndole extensivo el agradecimiento de todos estos niños bendecidos por la caridad humana. En correlación, el Papa saludará a los enfermos y les transmitirá el legado de fuerza y solidaridad que representa Jesucristo.

Aunque "dejaremos que las palabras del Papa nos sorprendan", ha dicho la Conferencia Episcopal Española en el encuentro con los informadores que cubrirán la visita (serán 3.250 en total, de 327 medios diferentes, 119 de esos medios internacionales), será en este lugar donde Joseph Ratzinger se esfuerce en manifestar la defensa de "la dignidad de toda vida humana desde la concepción hasta la muerte natural". Un mensaje calado de trastienda política en nuestro país, con la Ley del Aborto en vigor desde este año, y que no será óbice para que el Papa se entreviste con el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero, momentos antes de la ceremonia de despedida en el aeropuerto de Barcelona. Preguntado hoy, el Papa ha renegado de considerar "un feo" que Zapatero no acuda a la misa celebrada en la Sagrada Familia ; bien al contrario, se ha mostrado muy agradecido a la Familia Real y el Gobierno español por el interés que demuestran por su visita, ha secundado Federico Lombardi en una entrevista concedida a la agencia Efe. Al concluir la visita, se estima que 150 millones de espectadores habrán seguido al minuto la cobertura que las diferentes televisiones y medios de comunicación hagan de esta insigne visita de Benedicto XVI a nuestro país.