La Audiencia Nacional absuelve al etarra Guridi del asesinato de un policía en 1992

Este detalle, añade el tribunal, no significa que no se haya «practicado prueba de cargo válida» durante el juicio, sino que simplemente no es suficiente «para destruir la presunción de inocencia del acusado».

De hecho, no hay duda de que el 22 de abril de 1992 Guridi se encontraba junto a su compañero de comando José María Igerategi Gillisagasti en la avenida de Navarra de Irún. Los terroristas portaban una pistola FN-Browning y un subfusil imitación de la marca «UZI» fabricado por la banda a partir de piezas originales.

Según la sentencia, la actitud de los etarras levantó las sospechas de dos agentes de la Policía Nacional que les pidieron que se identificaran. Uno de ellos era Helices, que recibió un disparo en la cabeza antes de que los terroristas se dieran a la fuga.

Sin embargo, la sala ha considerado que ni las diligencias practicadas a lo largo de la instrucción ni los informes periciales ofrecen datos objetos que corroboren la culpabilidad de Guridi. Por ello, el exjefe militar de ETA no cumplirá los 42 años de prisión a los que se enfrentaba por los delitos de atentado con resultado de muerte y de tenencia ilícita de armas.

Ni siquiera consiguió convencer a los jueces la declaración del etarra arrepentido Luis Gorriti , quien aseguró que, hace años, el propio Guridi le dijo que había sido él el autor del asesinato. Eso sí, en su testimonio destacó que el exjefe de ETA «contaba muchas historias» , por lo que solo afirmó que «era posible» que fuese él el que disparó.