Miguel Ángel Revilla desafía a Juan Carlos I en el acto de conciliación: «Ven a defender la demanda y allí nos vemos»

Juan Carlos I ha interpuesto una demanda civil contra el secretario general del Partido Regionalista de Cantabria (PRC) en la que le solicita 50.000 euros, que acabarán en Cáritas de ser obtenidos, por injurias. Una acción inédita por ser la primera vez que el exjefe del Estado recurre a la Justicia y que según ha publicado Angie Calero en este diario es una «iniciativa personal suya» que no ha sido consultada con Zarzuela.

Revilla salió ante los micros manteniendo la línea que suele ser habitual en él. Por momentos, pudo parecer un acto literario pues no dudó el expresidente autonómico en mostrar las cubiertas de varios libros, sobre todo suyos, pero también de otros: «Mi relación con el Rey Juan Carlos va de libro a libro», llegó a decir explicando su obra. Lo fundamental, que el político cántabro «no se arrepiente de nada», que no cree haber dicho o hecho nada malo sobre el Don Juan Carlos, pero que sí alguien le «demuestra» que lo ha hecho, no tendría «ningún problema en pedir perdón». Porque eso sí, él aseguraba haber atacado al demandante con cosas «que todo el mundo sabe» y que han sido publicadas por los medios de comunicación.

Anunció que su abogado será José María Fuster Fabra, militante de su formación y que desde este momento, sería su equipo legal el que hablara por él. Aseguró que «no es cualquier cosa que el anterior jefe del Estado le demande» y que ahora «se prepararía su defensa».

En lo que no dudó Revilla fue en mostrar su «rabia» por la acción judicial que considera «mezquina e injusta». «¿Por qué a mí?», se preguntó varias veces durante su intervención y se respondió a sí mismo: «La única razón que se me ocurre es que probablemente este señor quiera atajar otras voces y haya pensado, que por el conocimiento y afectación que siento por toda España, quiere dar un escarmiento».

«¿Por qué no se ha querellado con el CNI, o con Bárbara Rey o con Corinna, que han dicho cosas más gordas que las mías?», se lamentó en un momento dado en el que aseguró que «cualquiera de vosotros», por los periodistas presentes en la sala, también podría haber sido demandado.

«Si no fuese por el artículo 5 de la Constitución, estaría como Le Pen o Sarkozy, con un aparato para conocer dónde está», atizó Revilla, mostrando de nuevo su frustración porque un «inviolable» haya denunciado a «un ciudadano» como él.

«No voy a echar más leña al fuego, he sido duro con el Rey, pero creo que se lo merece. No me arrepiento de nada», insistió, tras lo cual retó a Juan Carlos I a que acudiera al acto de conciliación previsto con él: «Nada me gustaría más. Ven a defender la demanda y allí nos vemos». Hay que recordar, como escribe Nati Villanueva en este diario, que para ese acto de conciliación previsto antes de llegar a juicio, no hay obligación de que ninguno de los dos, ni demandado ni demandante, acudan.

«Fijaos si estoy en contra de los privilegios, que yo no soy aforado; no quise que Cantabria tuviera el aforamiento como privilegio», recordó, «nosotros siempre hemos considerado que todos somos iguales ante la ley». «Yo me sublevo, no me puedo callar, si alguien está cometiendo una ilegalidad» y rememoró sus críticas a Zaplana, Ábalos o el caso de los ERE. «Soy un señor orgulloso de España», zanjó.

Bajando al nivel más personal, Revilla aseguró que «siempre» «reconoció su labor en la Transición». «Tenía veneración por este hombre desde la noche del 23-F, teníamos una buena relación que iba más allá de la de un presidente autonómico con el Jefe del Estado, nos caíamos bien... por eso cuando se descubrió todo fue la decepción de mi vida, se me cayó el mito», explicó sus sensaciones.

«Termina su trayectoria con algo gravísimo, que no conozco caso similar y de gravedad tremenda, porque se declara apátrida fiscal de la nación de la que fue Jefe del Estado. Hay algo más patriótico que llevar la bandera y es pagar impuestos», sentenció.

«Asumo esto con total serenidad, pero naturalmente esto tiene costes, el primero el familiar«, reconoció Revilla que habló de »la preocupación« de mis hijas, pero yo les digo: Papá no ha hecho nada malo, solo denuncia lo que está mal. No vivo en Abu Dabi y no he robado nada. No he dicho nada que no sea verdad», insistió.