Suspenden de empleo a dos guardias civiles que acudieron a la Cañada Real a comprar droga

La noche de autos, ambos fueron sorprendidos por una pareja de policías municipales encargada de patrullar por la conflictiva zona, conocido punto de venta de estupefacientes en Valdemingómez. Uno de los agentes de la Guardia Civil conducía, mientras que el otro iba en el asiento de atrás. De copiloto les acompañaba un ciudadano rumano.

Los municipales, ante la extrañeza de la presencia de un vehículo con dos guardias civiles a bordo, decidieron seguirlos para ver cuál era el objetivo de su visita. El coche de los miembros de la Benemérita se detuvo frente a una vivienda «sospechosa para el tráfico de drogas, consumo y menudeo», según indicaron posteriormente los policías en su declaración.

Una vez que salieron de la casa, los miembros del cuerpo policial les preguntaron el motivo de su presencia en la Cañada, y estos alegaron estar «trabajando». Por miedo a interrumpir un dispositivo real, los municipales los dejaron marchar.

Sin embargo, las sospechas no cesaron y decidieron comprobar la matrícula del vehículo en el que viajaban los guardias civiles para descubrir que era el coche particular de uno de ellos.

Por este motivo, solicitaron refuerzos y los interceptaron de nuevo en la carretera de Valencia, donde los agentes de la Benemérita volvieron a escudarse en que estaban en acto de servicio.

La anomalía de acudir a un presunto dispositivo con un coche particular y acompañados de un civil fue lo que despertó las alarmas de los municipales, que cachearon a los agentes y hallaron en el bolsillo de uno de ellos una pequeña bolsa con una sustancia rocosa con aspecto de estupefaciente.

Posteriormente, se les realizó un test de drogas y alcohol, con resultado doble positivo para el que conducía (fue hallada cocaína en su organismo) y positivo sólo en alcohol para el agente que viajaba en el asiento de atrás.

Ambos fueron entonces trasladados al Puesto Militar Central de Tres Cantos, donde prestaron declaración al comandante y al oficial de incidencias de la Comandancia de Madrid.

Tras los hechos, se les encontró nuevos destinos fuera de Madrid y ahora el Tribunal Supremo ha ratificado la sanción, de dos años para el conductor y uno para su compañero, además de la prohibición de pedir cambio de destino a Madrid en los próximos 24 meses.