Dos millones de madrileños, en busca de un plan B
Con las estaciones de Metro cerradas, moverse por la ciudad va a ser hoy toda una odisea
GUILLERMO D. OLMO
No hay Metro en Madrid. Muchos ciudadanos ya lo saben y los que no, lo van comprobando cuando se acercan a las estaciones de la red. A esta hora de la mañana, quien más quien menos anda en busca de de un plan B para ... llegar a los lugares de trabajo, ingeniándoselas para trasladarse con el medio de transporte más utilizado por los madrileños paralizado por una huelga que, desde esta mañana, no respeta los servicios mínimos.
A esta hora, rebotados en tonriquetes de estaciones como la de Sol, habitualmente tragadero de miles de viajeros apresurados, vecinos y visitantes se hacen cábalas para ver cómo llegar a su destino. Como Julián que está en la ciudad por motivo de negocios y al que esperan para una reunión en Canillas. Ahora lo tiene difícil para llegar. "Pues no sé muy bien lo que voy a hacer". Preguntado por cómo valora la huelga sin tregua de los trabajadores de Metro, responde con ironía: "Maravilloso, mee parece maravilloso".
Conforme los trenes de Cercanías iban descargando el pasaje en el intercambiadopr de Sol, y pese a que la megafonía de estas modernas instalaciones informaban del paro total, muchos iban topándose con la dura realidad. El metro no funciona ni un poco. Empezaban entonces las carreras, las muecas de disgusto. No ha salido muy mal parado Héctor, inmigrante sudamericano que ha llegado a Sol desde Entrevías en el servicio de Renfe. Afortunadamente para él, su centro de trabajo está relativamente cerca, en Antón Martín. "Iré dando un paseo", ha decidido ante el cerrojazo en el suburbano.
Sólo dos guardias de seguridad informaban con paciencia una y otra vez. "¿Pero no hay ni servicios mínimos?". "No, no hay". Incluso tiraban de su bagaje urbanita para asesorar a los viajeros". "Creo que hay un autobús que le lleva desde Canalejas". Las marquesinas de la EMT presentan a esta hora una afluencia de viajeros muy superior a la habitual. Las líneas de autobús, normalmente un medio más parsimonioso y preferido por la población más envejecida, tendrán que hacer frente hoy a una demanda mucho mayor. Se estima que dos millones de ciudadanos se verán afectados por la huelga en el Metropolitano. Para ellos, poco familiarizados con los trayectos de los autobuses, la buena voluntad de los conductores, que hoy van a guiar vehículos atestados y de los viajeros de más edad. Como la anciana, que mientras esperaba al 3, en apenas cinco minutos ha respondido a preguntas de media docena de transeúntes con prisas. El día acaba de comenzar en Madrid. Moverse por la ciudad va a ser hoy toda una odisea.
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