Da una paliza a su pareja, azuza su perro peligroso a la Policía y se atrinchera: «¡Me lleváis muerto antes que preso!»
El maltratador azuzó el american stafford a los agentes y se cortó el cuello con una cuchilla, en Vallecas
Detenido el autor del ataque machista con cuchillo en un piso okupado de Parla
Madrid
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Iniciar sesiónDetrás de cada denuncia por violencia de género, de cada paliza que no llega a un asesinato, hay también una historia de terror que merece ser contada.
Uno de estos episodios lo sufrió en Villa de Vallecas una joven nacionalizada española que, tras padecer ... la enésima paliza a manos de su pareja, tuvo que ver cómo se enfrentaba a la Policía Municipal, achuchó a su perro peligroso a los agentes y se encerraba en una habitación con una cuchilla, con la que se realizó cortes. Hubo que enviar refuerzos para conseguir engrilletar al maltratador que, además, era reincidente.
Esta historia ocurrió a las ocho de la tarde del pasado viernes, 16 de junio, en la zona de Sierra de Guadalupe. Agentes de la Comisaría del Distrito de Villa de Vallecas fueron requeridos por la emisora del Cuerpo local para que se dirigieran al piso, donde se estaba produciendo un capítulo de malos tratos.
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Cuando llegaron al bloque, nadie les contestaba al telefonillo de la vivienda en cuestión, así que tuvieron que echar mano de los vecinos, que franquearon la entrada del portal a los funcionarios. Una vez en el rellano de la casa, les abrió la víctima, que presentaba una herida en la boca. Tenía el labio roto.
«No puedo aguantar más»
La separaron de la entrada del piso, para que se sintiera un poco más segura, y ella les confesó: «He tenido una discusión con mi pareja. Me ha golpeado en la cara y no es la primera vez que me pega. No puedo aguantar más esta situación. Quiero denunciarle».
Los policías entraron en la vivienda y se encontraron con el presunto maltratador, de 34 años y también nacionalizado español. Estaba sentado en el sofá con su perro, un american staffordshire terrier, una raza catalogada como potencialmente peligrosa. Reconoció que había tenido «una discusión» con su mujer, que achacó a «problemas naturales de pareja», explican a ABC fuentes del caso. Ni media palabra de la paliza.
Los policías municipales le informaron de que quedaba detenido, pero el tipo se puso agresivo. Forcejeó y hasta llegó a azuzar su perro contra ellos, al grito de: «A mí no me vais a llevar preso; antes me lleváis muerto que al calabozo», momento en el que uno de los intervinientes activó (sin llegar a usar) su pistola eléctrica o táser, junto a la cámara que acompaña al artilugio, que graba toda la secuencia desde que se pone en marcha.
Aprovechando el momento del acometimiento del can, el maltratador se encerró en una habitación del piso junto al animal, cogiendo una cuchilla y amenazando desde una ventana con cortarse el cuello si alguien se le acercaba. Se llegó a golpear la cabeza contra la ventana y se rajó un brazo y en el cuello.
'Antidisturbios'
Fue entonces, cuando el asunto comenzó a tomar un cariz más delicado, cuando se pidieron refuerzos a la Comisaría Central de Seguridad, las antiguas UCS o 'antidisturbios' de la Policía Municipal. Mientras llegaban esos indicativos, la patrulla allí ya desplazada se comunicaron con el tipo por la ventana del piso, intentando tranquilizarle e intentando que depusiera su actitud. Todo, de manera pacífica, porque empezó a hacerse nuevos cortes con la cuchilla en el cuello y en los brazos.
Al llegar el resto del contingente policial y, probablemente, abrumado por tantísimo despliegue por la que había montado, el sospechoso decidió salir de la habitación en la que se había atrincherado y acompañó a los agentes en calidad de detenido a comisaría, finalmente.
En cuanto a la víctima, fue atendida por el Samur, que le dio de alta en el lugar. Presentaba una inflamación en el labio superior, producto de un puñetazo en la boca por parte del delincuente machista.
Su pareja, a la que por fin denunció, fue también curado por los servicios municipales de emergencias de los cortes que se había infligido a sí mismo, aunque eran superficiales, precisan fuentes policiales a este periódico.
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