Los 6 niños rescatados de sus padres llevaban dos años entre infecciones y basura en el piso de Vallecas

Llegaron allí ella, su marido y los niños desde su pueblo, en Torrevieja (Alicante) donde ella, nacida en Madrid hace 43 años, tiene algunos parientes. Ese era su destino en sus planes de llevárselos antes del 1 de septiembre, pues era conocedora de que los servicios sociales iban a retirarle la custodia, como al final ha ocurrido.

En el piso de Puente de Vallecas, muy pequeño, vivían diez personas. Los seis infantes y cuatro adultos: Natalia, su marido, y el tío y la madre de él. Ambos están en el paro y fueron recogidos por la suegra de Natalia. Reconoce que son reales las descripciones de la Policía Municipal, entró en la vivienda tras una llamada de la séptima hija de esta mujer, la única mayor de edad, alertando de que pretendía secuestrar a sus pequeños hermanos.

Noticia Relacionada

Cronología del caso Juana Rivas: de la disputa doméstica en 2009 a la entrega de este viernes

Diego Jiménez y Macarena Hortal

Condenada, indultada y ahora de nuevo investigada por sustracción de menores

Se encontró, por ejemplo, la cocina llena de grasa, en suelo, paredes, quemadores y comida totalmente podrida en el frigorífico, mezclada con medicamentos. Los niños, a preguntas de los agentes tutores de la Comisaría Integral de Puente de Vallecas, explicaron que ese día apenas habían comido «un vaso de leche y salchichas de la abuela».

Es a ella, precisamente, a la que Natalia señala como culpable de la dejadez en la casa. «No puedo hacer yo sola una limpieza general de la cocina», ha llegado a decir como excusa. Aunque admite que aquella vivienda está inhabitable. De hecho, en el informe policial se señala que los niños duermen en colchones tirados en el suelo, carcomidos por la mugre, negros, entre colillas de cigarros tirados en cualquier sitio y con un hedor a pesticida que tiraba para atrás.

Lo peor es la infección bacteriana de impétigo que empezaron a sufrir dos de los niños y que, por dejadez de los padres, se la han ido contagiando, afectando a cinco de los menores. Presentaban unas erosiones en la piel tremendas, por las que el Samur los tuvo que trasladar al hospital del Niño Jesús de Madrid.

Natalia achaca tantísima dejadez a que padece, eso dice, «depresión»: «No sé cómo he llegado a esto, no tenía ganas ni de levantarme». Ella, que sufre una escoliosis que asegura que le impide coger peso, no trabaja; el matrimonio cobra dos pensiones no contributivas, y pide una ayuda para un alquiler social. Tras ser detenidos los padres, los 6 hijos en un centro.