Detenido un menor de 15 años en plena calle de Madrid: «Llevo en el bolso una pistola que me acabo de encontrar»

Cuando acudieron a identificarlos, el sospechoso dejó tirada una bandolera y salió corriendo, mientras que su colega se subió en una Bicimad y se marchó apresuradamente. Pero al primero de ellos le pudieron dar alcance. Al preguntarle por el bolso del que había intentado desprenderse, el adolescente no tuvo reparos en decir: «Es mío. Llevo el móvil, mis pertenencias y una pistola que me acabo de encontrar».

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Efectivamente, portaba una Zoraki, modelo 914, del calibre 9 milímetros. Aunque en principio era un arma destinada al fogueo, podría ser detonada. Todo olía a un asunto de bandas latinas, aunque el tema se enrevesó un poco más.

El chico insistió en que en la bandolera, de la marca Versace y color oscuro, llevaba una pistola que se acababa de encontrar y que, si querían, podían corroborarlo llamando a un amigo. Los agentes telefonearon al número que les dio con una llamada oculta y al informar al interlocutor de que eran la Policía Municipal, les colgó. Repitieron con otro número, y directamente saltó el buzón de voz.

De nuevo, le preguntaron al retenido por el origen del arma, a lo que el menor respondió: «Vi cómo dos personas de origen dominicano, mientras iban corriendo, la lanzaban bajo un coche, y por eso la recogí».

Entonces, se personó un grupo de jóvenes y el sospechoso señaló a uno de ellos como el que le acompañaba cuando halló la pistola. Era un crío de 13 años, español, quien negó al otro chico: «Yo estaba dando un paseo, y si hubiese visto algo raro os lo diría».

Así, los agentes avisaron a los padres del adolescente de 15 años, que acudieron al lugar y fueron informados de que se teían que llevar a su hijo detenido, y pasó a disposición del Grupo de Menores (Grume), de la Policía Nacional. Se sospecha que todo responde a un asunto de bandas juveniles o a un posible enfrentamiento entre una de ellas y un clan nacional conocido del barrio de Puerta del Ángel.

Fuentes del caso precisan a ABC que el cargador de la Zoraki estaba vacío. Esa arma en concreto está destinada a actividades deportivas, adiestramiento canino, espectáculos públicos y filmaciones cinematográficos. Pero su compra, tenencia y uso sólo es posible con una autorización, algo que no pueden tener los menores de edad, como es lógico.

Una orden del Ministerio del Interior del 3 de julio especifica que estos instrumentos letales pueden ser transformados en armas reales y que resulta «alarmante el número de actuaciones delictivas en los últimos tiempos» cometidas con ellos: «Es fácilmente convertible en arma de fuego».

En este caso, además, el arma intervenida recoge tres de los cuatro requisitos exigidos para considerarse prohibida: es portátil, tiene cañón y usa la acción de un combustible propulsor. El cuarto de ellos sería que estuviera modificada para lanzar perdigones o balas.

Las fuentes consultadas remarcan que el barrio en cuestión «es una zona conflictiva del distrito con numerosas reyertas con armas». El detenido fue puesto en manos de la Fiscalía de Menores.