Crimen en Alcalá de Henares: «He asesinado a Mari, la he estrangulado... Era mi amiga»
Una cocinera de 53 años muere a manos de su novio, de 25, por el método del mataleón. El detenido era consumidor muy habitual de cocaína y alcohol. Se habían conocido hacía un lustro en el trabajo
Asesinan a puñaladas a una mujer de 61 años que regentaba una tienda de ropa en Tirso de Molina
Alcalá de Henares
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Iniciar sesiónMari Carmen Vázquez Vilanova, de 53 años conoció hace cinco a Alejandro, un joven que acababa entonces de entrar en la veintena, cuando ambos coincidieron trabajando en un restaurante de la Calle Mayor de Alcalá de Henares. Aquel acercamiento inicial desembocó en una relación sentimental, ... muy tempestuosa y que, además, escondía a la mayoría de sus conocidos. O eso creían. La noche del domingo, Álex, como se le conoce, la asesinó estrangulándola, por el método del mataleón (asfixiar a la víctima desde atrás, con el brazo, hasta hacerla perder el conocimiento o la vida, como es este caso), en la casa de ella. Y llamó a la Policía para entregarse.
ABC ha podido recoger diversos testimonios de personas que conocían a ambos. La relación comenzó como compañeros de trabajo. Ella llevaba dos décadas como cocinera en el restaurante Nubium, uno de los más exquisitos del entorno de la plaza de Cervantes, en pleno casco histórico de Alcalá. Hace un lustro, se colocó allí Alejandro, pero apenas duró un año.
«Era un sinvergüenza. Al menos en dos ocasiones metió la mano en la caja. Una vez robó 60 euros y otra, 200. Además, estaba siempre de fiesta, bebía muchísimo y consumía cocaína. Mari le acogió en su casa como una madre, porque a él lo había echado de la suya su familia», explican quienes les conocen.
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«Me dijo que era su madre»
Al final, como es lógico, le despidieron. Pero Mari Carmen seguía allí trabajando: «Era una más de la familia para nosotros. Una persona muy buena, excepcional, muy trabajadora. Estamos destrozados», comentaban sus compañeros.
La relación entre ellos, aparentemente, era de amistad. Pero, en algún momento en estos cinco años, dieron un paso más, pese a la amplia diferencia de edad entre ellos. Eso sí, no vivían juntos, aunque él iba y venía de casa de ella. Fuentes policiales indicaron que aún no se puede confirmar que se trata de un caso de violencia de género, al estar investigándose la extraña relación entre ambos. Un encuentro único, por ejemplo sexual, no es un episodio de ese tipo de delitos; debe haber o haber existido una relación sostenida durante un tiempo, aunque breve, según lo que estipula la legislación. En este caso, se sospecha que mantenían encuentros sexuales en un contexto que es el que se está tratando de desenmarañar.
Un vecino de ella que entabló cierta amistad con Álex explicaba ayer a este periódico: «Le conocí porque me pidió un cigarro en un bar, y cuando coincidíamos charlábamos, porque venía a casa de la vecina muy frecuentemente. La primera vez que le pregunté por ella, me dijo que era su madre. Pero luego los he visto besándose en la boca en el portal. Álex se mostraba muy posesivo, celoso. Sí se les veía discutir, pero no con violencia física. Lo que hacían cuando peleaban era gesticular mucho».
Mari Carmen llevaba cerca de 15 años viviendo de alquiler en la calle de los Batanes, en el barrio de Venecia, en Alcalá de Henares. «Era una mujer que pasaba desapercibida en el vecindario. Vivía en la sexta planta», indicaba otro vecino de la finca.
El detenido avisó a la Policía
Y, detrás de la puerta del 6º 1ª, a eso de las once de la noche, comenzaron los golpes. Los ruidos secos. Y un grito ahogado. Era el de la mujer, que estaba siendo atacada por su propio amante. La casa estaba muy revuelta. Los signos de violencia que encontró el Grupo de Delitos Violentos de la Brigada Científica (DEVI) atestiguaban la gravedad de lo ocurrido. La llamada de aviso, pasada la medianoche, la realizó el propio Alejandro: «He matado a una amiga. La he estrangulado», reconoció a los agentes.
Cuando la primera patrulla llegó allí, el tipo estaba abatido. Reconoció también la manera en que la había asfixiado, con la mencionada técnica del mataleón. Se encontraban en el salón de la vivienda y los gritos de la discusión de habían oído por el patio de luces del bloque. La expectación era máxima ya por la mañana entre los residentes de esta populosa zona.
Ni Mari Carmen había denunciado nunca a Alejandro, ni a él, con sus 25 años cumplidos, le constaban antecedentes policiales, detallan a ABC fuentes del caso. El Grupo VI de Homicidios de la Brigada de Policía Judicial de Madrid ha tomado las riendas de la investigación. El detenido fue trasladado a dependencias policiales y se prevé que hoy pase a disposición judicial.
La causa del crimen podría ser una discusión a raíz del hartazgo de las peticiones de dinero del asesino confeso o por sus drogodependencias. Y que Mari Carmen le pusiera un ultimátum al joven. La mujer llevaba mucho tiempo divorciada y tenía un hijo, prácticamente de la edad de su amante, llamado Adrián. El joven se había ido a vivir con su padre a Madrid capital, lo que facilitó la relación entre la víctima y el verdugo.
Despedido de varios bares
Fue Adrián quien, ya por la mañana, dio aviso a los compañeros de trabajo de su madre. Ella tenía especial relación, prácticamente familiar, con uno de sus colegas. Les dijo que había fallecido, sin entrar en más detalles, quizá porque aún los desconocía.
El periplo laboral de Alejandro, tras ser despedido de ese restaurante, no fue mucho mejor. Sino todo lo contrario. Al otro lado de la calle, trabajó en El Gato Verde, donde había días que «dejaba tirados» a los dueños, sin acudir a su puesto: «Le calamos a la primera». Lo mismo hizo en un restaurante, el Filato; en una pizzería, donde también sisó dinero; en un hotel; en el casino de Alcalá... «En una ocasión, pidió un adelantó en uno de los restaurantes, de 200 euros, y se marchó a Barcelona, sin que supieran más de él», añade una conocida de él.
Si se confirma que se trata de un asesinato machista, se suma al ocurrido en Móstoles la semana pasada. Una mujer que había denunciado a su expareja por malos tratos, pero que había renunciado a las órdenes de protección (aunque acababa de poner una denuncia por amenazas), murió en el piso donde tenía alquilada una habitación.
El detenido, que intentó huir a pie por la A-5 (carretera de Extremadura), fue arrestado por la Policía Municipal. La mujer tenía dos hijos menores que residían con la abuela materna.
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