Avalancha de coches en la Casa de Campo por la celebración de eventos masivos: «Invaden praderas»

Desde el miércoles 29 de enero hasta el viernes 2 de febrero, en torno a 5.500 personas diarias paseaban entre el pabellón de Cristal y Madrid Arena para disfrutar de la segunda edición del torneo que reúne a las estrellas más destacadas del pádel profesional en categorías masculina, femenina y jóvenes promesas.

El análisis de movilidad del Ayuntamiento de Madrid ya preveía una «importante afluencia de personas» que podría conllevar «en determinados momentos saturaciones del espacio público que tendrán inevitables repercusiones en la movilidad peatonal y motorizada sobre todo en el entorno del lugar en el que se celebrará el evento».

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Además de la aglomeración de personas que ya se predecía, el paisaje quedó eclipsado por los miles de vehículos privados aparcados de cualquier manera por el parque urbano declarado Bien de Interés Cultural (BIC) en la categoría de Sitio Histórico.

El ayuntamiento recomendaba acudir a este torneo de pádel en metro o autobús. Tres paradas del suburbano madrileño se encuentran situadas cerca del espacio en el que tuvo lugar el evento –la más lejana a 1,2 kilómetros y la más cercana a 500 metros de la entrada al recinto ferial–, por el que también pasan seis líneas de la EMT.

Para aquellos que pensaban asistir en vehículo privado, el consistorio madrileño recordó que la Casa de Campo dispone de alrededor de 1.000 plazas de aparcamiento para los más de 5.000 asistentes que se esperaban cada uno de los cinco días que se celebró este torneo.

A pesar de esta información, muchos de ellos decidieron llegar hasta el parque en coche, encontrándose sin sitio donde dejar el coche. Por ello, cientos se estacionaron invadiendo aceras y praderas y ocupando espacios peatonales, dejando en la Casa de Campo una imagen «que no hemos visto desde hacía ya mucho tiempo», según denunciaron los paseantes habituales del pulmón de Madrid, que exigen un mayor control del acceso de vehículos.

Joaquín Giménez, portavoz de la plataforma Salvemos la Casa de Campo, insiste en que esta situación se repite, aunque no con la intensidad del pasado fin de semana, cada vez que algún evento llega a este espacio. «En el parque del Retiro está prohibida la entrada de los coches. Queremos que no se aparque ahí. Parece que somos un BIC de tercera categoría», lamenta.