No hay muchos como ellos, virtuosos de trazo único. Sin margen de error, con capacidad de alcanzar la gloria entre líneas de imborrable tinta . Es indiscutible que los tatuadores son auténticos artistas , capaces de transmitir su talento ya sea en la piel ... o, como en este caso, sobre la madera de una barrica .
Porque la bodega riojana Viña Pomal reunió a tres tatuadores de renombre internacional ( Megan Massacre , Jack T. Newton y El Bueno ) en el Casino de Madrid para que grabaran a fuego los valores de la empresa en las barricas de roble donde descansan los vinos. Durante más de 40 horas los artistas han trabajado en sus diseños, primero para dibujarlos y, posteriormente, trasladarlos su novedoso espacio de trabajo.
Según la norteamericana Megan Massacre una labor «muy complicada, porque la madera es muy dura pero cuando usas el pirograbador se deshace... y tienes que ir muy lento y trabajar muy suave para hacer las líneas rectas». Los artistas tenían la directriz de trasladar a la madera los valores de la tierra donde nacen los caldos: c ompromiso, origen y tradición.
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