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La santera cubana que asesoraba a los narcos de los 500 kilos de coca

La Policía arresta a 25 personas, entre ellas el cabecilla, que pedía consejo a una «bruja» para sus planes

Parte de la droga incautada por la Policía ABC
Carlos Hidalgo

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La operación Princesa, comandanda por el Grupo XVde la Unidad de Drogas y Crimen Organizado (Udyco) de Madrid, ha descabezado a una activísima red de narcotraficantes que ocultaban más de media tonelada de cocaína en una nave industrial del polígono Marconi (Villaverde) . Las pesquisas de la Policía Nacional, que se han prolongado dos años, se han saldado por el momento con 25 detenidos, de los que 15 ya están en prisión preventiva. El valor del estupefaciente incautado ( dos millones de dosis o micras ), con una pureza de entre el 75% y el 78%, asciende a 45 millones de euros.

La delegada del Gobierno, Concepción Dancausa; el jefe superior de Policía, Alfonso José Luis Fernández Díez, y el comisario jefe de la Brigada de Policía Judicial, José Luis Conde , destacaron ayer que se trata de la mayor aprehensión de «polvo blanco» de los últimos ocho años. La trama estaba comandada por un hombre de mediana edad, J. M., nacido en Colombia y que también cuenta con nacionalidad mexicana, apodado «La Abuela» . Una de las características del clan es que utilizaban motes femeninos. Su segundo, que aún no ha sido capturado, era «Mamá». Los lugartenientes, «Hermanitas». También hay once españoles, además de dominicanos, entre los encartados.

Se trata de unos delincuentes muy experimentados;sin embargo, no por ello dejaban de recurrir a una santera cubana afincada en El Casar de Escalona (Toledo) para que les echara las cartas, huesos e incluso les ungiera para hacerles «lavados del alma». La supuesta vidente, que fue arrestada aunque quedó en libertad con cargos, les ofrecía contactos, les aconsejaba sobre cuándo realizar un movimiento de droga, les informaba de si la Policía seguía sus pasos o si debían seguir adelante, por ejemplo, con la operación de los 500 kilos de droga . Sobre esta cuestión, su respuesta fue afirmativa; pero, a la luz de cómo se han desarrollado los sucesos, la bruja falló de cabo a rabo. Les llegaba a cobrar hasta 3.000 euros por consulta, precisaron fuentes del caso.

«Modus operandi»

Pero, más allá de la curiosa anécdota, lo verdaderamente extraordinario es el «modus operandi» que tenían para mover la droga y ocultarla. Las partidas se importaban cada tres meses desde Colombia, bajo el control de la organización matriz. Llegaban en contenedores marítimos a cuatro puertos españoles (Vigo, Valencia, Tarragona y Algeciras, aunque también se han producido arrestos en el de Alicante) y uno holandes (Róterdam) y otro belga (Amberes). Luego, era trasladada a la nave de Villaverde.

Paralelamente, utilizaban una empresa de construcción, también suramericana, para conseguir los ladrillos refractarios, como los que se utilizan en chimeneas y barbacoas. La mercantil, que funcionaba como pantalla, era la encargada de hacer los huecos o caletas en ellos. También en Madrid era donde los rellenaban con los fardos de coca. Se hallaron 125 palés con 80 bloques de yeso y poliespán cada uno. Entraban ocho paquetes de estupefaciente en un ladrillo. Arriesgaban hasta tal punto, que la parte destinada a la venta en la zona de Levante era primero llevada desde Valencia a la capital de España para ser «empaquetada» y volver luego a la costa, donde se distribuía en escalones intermedios del mercado negro. La mafia ahora descabezada se dedicaba, por lo tanto, a la importación, traslado, custodia, ocultamiento y distribución de los alijos.

Droga lanzada al mar

El 21 de marzo comenzó la fase de explotación de la operación Princesa, que se prolongó durante tres días, a instancias de un juzgado de Fuenlabrada. Los agentes han registrado 28 viviendas (4 en Madrid, 18 en Valencia, y el resto en Guadalajara, Toledo, Alicante, Albacete, Tarragona y Sabadell), además de la nave de Marconi; han confiscado 20 vehículos y más de 200.000 euros en efectivo. Se va a empezar ahora a trabajar con Interpol para una investigación patrimonial del grupo criminal. El dinero lo mandaban a Suramérica, para pagar la droga y repartirse el resto.

La técnica de los ladrillos no es la única que han utilizado estos delincuentes. En enero, se hallaron 62 kilos de cocaína en las playas de Denia y Jávea (Alicante). Eran los restos de una partida que habían lanzado al mar desde un buque. Estaban en mochilas atadas a bidones, de modo que flotaran en el agua y pudieran luego ser recogidas por barcos pesqueros de la red.

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