Punto final para el Vicente Calderón

El trámite de la Junta, sin embargo, no es definitivo. Se prevé que el proyecto esté aprobado finalmente en septiembre, una vez se supere el pertinente periodo de alegaciones e información pública. Antes, según explican desde el Ayuntamiento, deberá constituirse una junta de compensación para desarrollar el ámbito, ya que hay dos propietarios. Será entonces cuando, superados estos trámites y concedida la licencia de demolición –el Atlético de Madrid aún no lo ha pedido–, esté todo dispuesto para decir adiós a la que fue la casa del conjunto rojiblanco durante más de medio siglo.

Los plazos sobre este extremo, sin embargo, no están del todo claros. Como informó ABC, el edil de Desarrollo Urbano Sostenible, José Manuel Calvo , ya señaló hace meses que, en el caso de que el permiso no se tramitara a tiempo para iniciar el derribo este año, el grueso de los trabajos se aplazaría hasta el verano de 2019. Fuentes de la operación, no obstante, creen que las fechas no se dilataran tanto, si bien no hay dudas en que no será en 2018.

La principales reticencias para empezar la demolición es que afectará al tráfico de manera notable, especialmente en la M-30, y a la vida en el barrio. Mientras tanto, aunque la mayoría de los locales que habitaban en los bajos del estadio ya están vacíos, seguirá la actividad en las oficinas del club hasta el próximo mes de diciembre. También seguirán entrenando el filial del Atlético y su equipo femenino, como hasta la fecha.

Con todos los trámites en orden, solo quedará esperar a la gran obra en la ribera del Manzanares. Fuentes municipales detallaron que se dividirá en tres fases, cuya ejecución será de 34 meses . La primera, explican, corresponde a la demolición del estadio. La intención es echar abajo todo el coliseo salvo la icónica grada situada sobre la M-30; cuando se reorganice el tráfico por la vía de circunvalación, se hará lo propio en este punto.

Además, en esta primera acometida se procederá a la urbanización de las calles comprendidas entre los paseos de los Pontones, Imperial y Melancólicos. El presupuesto para esta fase es de 22.469.248 de euros, enmarcados en los más de 42 millones que se invertirán en total para la obra.

El siguiente paso remite a la reordenación del paseo de los Melancólicos y la calle del Duque de Tovar, con una dotación económica de 7.704.702 euros. La fase 3, con un presupuesto de 12.049.243 euros, se centrará en la construcción de un nuevo parque junto al río, desarrollada una vez se cubra la M-30. Este último trabajo será a cuenta de las arcas municipales.

El resultado será una superficie con dos áreas diferenciadas, una dedicada al uso terciario y residencial y otra con pasos peatonales, zonas verdes y equipamientos de carácter básico, Así, el suelo para uso residencial ocupará 33.339 metros cuadrados, de los cuales 13.234 serán para levantar viviendas de protección oficial, un 11 por ciento del total. El terciario, por su parte, ocupará 14.705 metros cuadrados; mientras que de los usos dotacionales habrá 13.893 metros para equipamiento público, 73.099 para zonas verdes y 73.469 metros para viario.

La modificación del Plan General de Ordenación Urbana (PGOU), aprobada por la Comunidad de Madrid el pasado 19 de diciembre, contempla también la creación de carriles bicis segregados, la instalación de señalización y alumbrado público, alcantarillado, mobiliario urbano y suministros.