Olvido mortal a las puertas de la guardería: «Siempre recordaré la cara desencajada del padre»

La tragedia comenzó a fraguarse por la mañana, cuando un hombre de 43 años acudió a llevar a la guardería a la menor de sus dos hijas. Eran las nueve o nueve y media de la mañana. Siempre lo hacía su mujer, de 39, pero ese día no pudo.

Él aparcó junto a la verja de la escuela infantil Ana de Austria (en la calle del mismo nombre). Lo hizo en la vía lateral, Isabel Clara Eugenia, a escasos 15 metros de la entrada. Luego se fue a trabajar en transporte público o a pie. Según explicaron algunas madres, esa era su rutina habitual, estacionar por esa zona y encaminarse a su puesto de trabajo.

Poco antes de las cuatro de la tarde, la madre de la pequeña fue a recogerla. No estaba en clase . Preguntó por ella y le respondieron: «Hoy no ha venido». Sorprendida, llamó a su marido, quien, horrorizado, se percató de que se había olvidado de la cría. «Está en el coche» , acertó a decir.

El pánico se adueñó de la mujer, quien se dirigió al monovolumen con varias profesoras. En la sillita estaba la niña , inmóvil. Con la copia de las llaves que tenía abrió el vehículo.

La criatura estaba inconsciente. Las docentes y las pediatras del centro de salud aledaño comenzaron a practicarle los primeros auxilios hasta que llegó el Samur. Tenía un hilo de vida: estaba en parada, indicó un portavoz.

El teléfono de Emergencias del 112 recibió la primera llamada de auxilio a las cuatro. Los sanitarios estuvieron realizando las maniobras de reanimación cardiopulmonar por espacio de 45 minutos. Fue inútil.

«Vi correr al padre, venía desencajado, descompuesto. No sé cómo podía sostenerse en pie, la verdad. Jamás olvidaré su rostro », relataba Javier. En los corrillos repetían:«Dicen que trabaja por aquí cerca».

En la guardería pública , que abrió sus puertas hace un mes, reinaba la desolación. Ahí trasladaron a los desconsolados padres (a los que no les dejaron acercarse a la cría) hasta que fueron conducidos a dependencias policiales. Ambos tuvieron que ser atendidos por psicólogos del Samur; el padre, en estado de shock, estaba totalmente hundido. Fue detenido por homicidio imprudente . Tras prestar declaración, anoche quedó en libertad.

El Grupo V de Homicidios investiga el suceso para esclarecer si se trata de un olvido involuntario u otra circunstancia. Todo apunta, según los primeros indicios, a un hecho accidental, informaron fuentes policiales. La pareja tiene otros tres hijos. Así lo atestiguaban las sillitas del monovolumen en el que permaneció encerrada la menor, con los cristales tintados.

La directora y las profesoras de la guardería, con el rostro enrojecido por el llanto, se marcharon cuando levantaron el cadáver. En los corrillos, la gente, consternada, opinaba: «Creo que la peque se durmió y el padre, como nunca la dejaba en el cole, se despistó y se fue. Luego, la niña acabó desmayada», decía Lucas. Otros, como María recalcaban: « ¿Cómo puedes olvidarte de tu propio hijo tantas horas? No me cabe en la cabeza».