El nuevo servicio de limpieza de Madrid pone fin a 8 años de contratos ‘basura’

La suciedad de Madrid ha sido un problema recurrente desde que, en 2013, la exregidora popular aunara limpieza viaria y jardinería en unos contratos integrales para ahorrar 256 millones de euros y salvar la deuda multimillonaria de la ciudad. Cuatro grandes adjudicatarias —OHL, FCC, Sacyr y Ferrovial—, que habían tirado los precios al máximo para ganar el concurso público, sustituyeron a las 39 empresas que hasta la fecha se encargaban de asear la ciudad. En apenas unos meses, tres de ellas anunciaron un despido colectivo que afectaba a 1.134 trabajadores de una plantilla total de 6.000. La huelga de barrenderos duró 13 días y el ERE se convirtió en un ERTE y un lustro de salarios congelados. Botella, que había limitado la posibilidad de modificar los contratos integrales, condenó a la capital a siete años de un servicio deficiente.

El pasado 31 de julio expiraban estos contratos ‘blindados’ y, ya desde el año anterior, cuando el estado de alarma por el Covid-19 empeoró el cuidado de las calles, Martínez-Almeida anunció que el Ayuntamiento trabajaba en la confección de unos nuevos. Este lunes —tras unos meses de retraso por el recurso de algunas adjudicatarias— arrancaron los nuevos pliegos, que dedican 1.636 millones de euros (un 45% más que el anterior) a la limpieza viaria y 435 millones (un 53% más) a jardinería. «Hemos hecho un esfuerzo presupuestario sin precedentes, con unos contratos de limpieza y zonas verdes que aumentan en 80 millones de euros», afirmó el regidor. Las nuevas cifras sitúan a Madrid a la cabeza como la urbe española que más invierte en limpieza , 84,62 euros per cápita cada año frente a los 59,6 euros de 2013. Más que Barcelona, Valencia, Zaragoza y Santander juntas.

La puesta en escena del martes, bajo un cielo plomizo, reunió en el aparcamiento de La Nave de Villaverde cada uno de los vehículos y tipos de maquinaria del Área de Medio Ambiente y Movilidad. Una exhibición de carrocerías blancas, impecables y algunas futuristas (como los pequeños y eléctricos Goupil), con el logo de Madrid 360, el plan medioambiental de Martínez-Almeida. La capital renueva la flota al completo y añade 116 vehículos más , hasta un total de 916, de los que la «inmensa mayoría», según informó el alcalde, tendrán la etiqueta CERO (eléctricos) y ECO (híbridos). El cambio más esperado, no obstante, afecta a la plantilla.

«Ahora las empresas sí están obligadas a cubrir las ausencias del personal por bajas o vacaciones y a aumentar el personal en las campañas de refuerzo», celebra la responsable de limpieza viaria de UGT , Sherezade Talavera. El Consistorio ha prometido otros 2.000 operarios de limpieza y 500 de zonas verdes, que se sumarían a los cerca de 4.500 trabajadores actuales. Esta contratación borraría el legado de Ana Botella, recuperando los puestos perdidos desde 2013 .

No obstante, todavía no se ha producido y el sindicato desconoce los nuevos números. «Sí que sabemos que hay un incremento importante de personal en el turno de fin de semana, que estaba muy mermado, y en el de lunes a viernes creemos que también, en menor proporción», describe Talavera. Después de ocho años de repetitivos picos de suciedad donde la basura se desborda de los contenedores y los residuos invaden los parques, los nuevos contratos incluyen mejoras técnicas sobre el papel , pero aún que esperar unos meses, insisten desde UGT, para comprobar su puesta en práctica.

Mientras tanto, la oposición ha lanzado sus críticas: el PSOE considera que los nuevos pliegos no devuelven el personal despedido en 2013 y Más Madrid señala el desequilibrio entre distritos, con una inversión de 115 euros por habitante en Chamberí frente a los 74 euros de Vallecas. «Tenemos esperanza de que esto va a mejorar», confía por su parte Talavera. Toca esperar.