Una persecución fantasma... durante 14 kilómetros

Gran despliegue policial en Santa María de la Cabeza por una denuncia no retirada de un BMW robado que ya había aparecido

tatiana g. rivas

De película. Pero cómica. Los conductores, vecinos y transeúntes que este lunes pasaban por el número 85 del paseo de Santa María de la Cabeza, después de cruzar el río Manzanares, se quedaron sorprendidos por el gran despliegue de Policía Municipal de Madrid y ... Getafe que aconteció en torno a las 13.30 horas. Cuatro dotaciones de la capital y otras dos del municipio del sur dieron el alto a dos individuos de nacionalidad rumana que circulaban en un BMW azul oscuro robado.

Después de inspeccionar cautelosamente el automóvil y de sentar en el suelo a los presuntos ladrones, los agentes comprobaron que los sospechosos eran familiares del propietario del coche . Pero ni mucho menos lo habían usurpado. El dueño , después de aparecer su BMW , no retiró la denuncia . Ese descuido jugó una mala pasada a los de su misma sangre.

Todo comenzó en el barrio del Sector 3 de Getafe , una zona plagada de chalés adosados. El BMW pasó por delante de un patrulla de la Policía Local. Era en torno a la una del mediodía. Los agentes consideraron que el coche podía haber sido robado. Estaba sucio. Decidieron seguirlo a una distancia y una velocidad prudencial para no levantar sospechas. En ningún momento encendieron los luminosos, así que el conductor del BMW siguió su rumbo.

Un largo seguimiento

El coche tomó la A-42 en dirección Madrid mientras el patrulla le seguía. Manteniendo una velocidad de 80-90 kilómetros/hora , según informaron fuentes municipales, los dos vehículos se dirigieron hacia la capital.

Los agentes recibieron el aviso de que el coche había sido sustraído días antes. Los funcionarios solicitaron refuerzos a la Policía de Madrid al ver que se adentrarían en la capital. Cuando cruzaron el puente de Santa María de la Cabeza les detuvieron.

«Somos familiares del dueño»

La autoridad les obligó a bajar del coche y a depositar todas sus pertenencias en la acera. Cartera, llaves y móvil. No llevaban más. Les sentaron mirando a unos matorrales bajo la atenta mirada de los viandantes, que se preguntaban si tenía algo que ver con un asalto a una sucursal bancaria .

«Somos familiares del dueño del coche», decían los sospechosos a la Policía. Pero los agentes, en su buen hacer, inspeccionaron durante cerca de una hora el coche. En total, una quincena de agentes se dedicó a esta intervención hasta que les trasladaron por emisora que el vehículo había sido encontrado días antes y ya estaba a salvo con su propietario.

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