Carmena sustituirá las torres del Calderón por bloques de ocho plantas

Si Ana Botella aprobó en julio de 2014 el Plan Parcial de Reforma Interior dando el visto bueno a la construcción de diez torres de hasta 36 plantas, Manuela Carmena solo permitirá edificaciones con un máximo de ocho pisos . El responsable del urbanismo de la ciudad en estos momentos considera que las construcciones que proyectaba no eran «coherentes» con el entorno. «Se va a plantear una edificabilidad acorde al distrito de Arganzuela», sostiene a ABC.

Ninguno de los pisos que vigilan el río Manzanares superan las diez alturas, por ejemplo, en la calle Duque de Tovar. Algunos tocan techo con un máximo de cinco en Pontones. El número de viviendas inicial de la operación alcanzaba los 2.000 pisos , pero ahora se rebajarán, al menos, hasta la mitad. Se compensará a las entidades con menos cargas urbanísticas. Las torres de ocho plantas son además, a juicio del arquitecto que representa el Área de Desarrollo Urbano, la fórmula de construcción más eficiente para la ciudad y supondrán un ahorro energético para los futuros inquilinos. Aclara Calvo que él no tiene nada en contra de los rascacielos, pero no son aptas para este enclave. Subraya que en el diseño de la nueva operación Chamartín, renombrada como Madrid Puerta Norte , se han incluido diez torres.

Otra de las cuestiones clave que introduce el Ayuntamiento en Mahou-Calderón es la recuperación de la manzana principal del ámbito donde se va a actuar, la que queda delimitada entre el paseo de los Pontones, el de los Melancólicos y el paseo Imperial. Antes, explica el concejal, gran parte de este espacio público estaba planteado para el uso privado. Las torres recluían la zona central. El nuevo trazado integra el territorio en el distrito sin que se cierre el entorno con las construcciones.

La actuación total afecta a una superficie de 204.218 metros cuadrados. La mayor parte, el 54,9% es de dominio público (111.921 metros cuadrados). El resto, el 41,5%, privado . La antigua fábrica cervecera, ya desaparecida, controla el 29,9% del suelo (61.251 metros cuadrados); el Atlético, el 15,2% (31.046 metros cuadrados). La actuación comprende el área entre Calle 30, el Puente de San Isidro, Pontones, la plaza de Francisco Morano, el paseo Imperial hasta llegar a la glorieta de Pirámides rodeando por detrás un centro comercial.

El soterramiento de la M-30, previsiblemente, no se producirá. La constructora FCC iba a sufragar esas obras y la construcción de La Peineta (195 millones de euros) –el nuevo templo rojiblanco– a cambio de explotar el suelo privado en Arganzuela. Pero la incertidumbre de esta operación a orillas del Manzanares por los varapalos judiciales y el cambio de gobierno llevó a la multinacional del mexicano Carlos Slim a salirse de la inversión a finales del año pasado.

La operación fue paralizada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid en julio. Hasta ahora, el TSJM no se ha pronunciado. Indistintamente de lo que decida, el plan saldrá ya adelante. La mudanza del Atlético a La Peineta el verano de 2017 está cerca.