Zapatero, Rubalcaba y la famosa «liebre»
La locuacidad de Blanco y Bono esta semana, que han aludido a la carrera hacia La Moncloa del vicepresidente primero, se ha atajado hoy con respuestas como «la cosa cinegética no toca hoy»
E. MONTAÑÉS
Vaya semana esta que cierra el periodo de sesiones de 2010 con un José Bono fortísimo , «como el bono alemán» , ha bromeado hoy en Bruselas el presidente del Gobierno, José Luis Rodríguez Zapatero . Será por aquello de que ha cumplido los 60 ... y ha sido protagonista en los últimos días, primero, de una bronca monumental por parte de los diputados populares que no pudieron entrar a votar sobre la prórroga del estado de alarma en España y a los que «leyó la cartilla» literalmente -con reglamento de la Cámara Baja en mano- sobre sus deberes y obligaciones como parlamentarios. Pocas horas antes había sido el eje vector de una cena, la de la Asociación de Periodistas Parlamentarios, en la que bromeó y, dicharachero, comentó que el ministro José Blanco, en la inauguración del AVE a Albacete , les había instigado a los periodistas a no errar con quién es verdaderamente «la liebre» de La Moncloa . Bono no descartó que Alfredo Pérez Rubalcaba pueda ser la «liebre eléctrica» del Gobierno en el debate sucesorio.
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Tanto al jefe del Ejecutivo como a su «número dos» les han interrogado hoy sobre esa hipotética sucesión en la cabeza de cartel socialista y ambos se han salido por la tangente. Zapatero, curiosamente, ha cerrado de una tacada la cuestión con una frase tan extraña como «la verdad es que no soy experto en estas cuestiones». La pregunta que le habían hecho es quién puede ser la liebre ante su posible relevo.
La caza es de otro día
Siempre con más picardía, el vicepresidente primero ha puesto en práctica sus dotes para la oratoria y ha despachado preguntas como la de que si se siente cómodo en su actual puesto, o si como practicaba el atletismo, se ve con fuerzas de continuar la carrera hasta llegar a Moncloa , arguyendo: «Soy responsable. Cuando elijo un cargo me siento cómodo con él. Si no me sintiese cómodo, no lo habría aceptado». La pregunta que faltaba estaba clara... ¿y qué hay de la liebre? «La cosa cinegética no es de hoy». Se deja la caza para otro día.
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