análisis

Los 5 ejemplos recientes de que Sánchez no es audaz, sino mendaz

Se esconde en la investidura de Feijóo y en el debate sobre la amnistía, pacta con secesionistas en mitad de un puente o de la jura de la Princesa y consulta a su militancia sin explicar qué ni cómo

A Pedro Sánchez le precede una sorprendente fama de político audaz, según la RAE alguien «capaz de emprender acciones poco comunes sin temer las dificultades o el riesgo que implican» y que «demuestra atrevimiento». O sea, valiente. Pero lo cierto es que en las ... últimas semanas ha protagonizado no uno ni dos, sino hasta cinco ejemplos flagrantes de todo lo contrario. A saber.

Se escondió en el Congreso durante toda la investidura de Feijóo para no enfrentarse al vencedor de las elecciones y primer candidato designado por el Rey. Y, pese a todo lo que blasona de su apuesta por el diálogo, volvió a rehuirlo en el Senado durante el debate sobre la amnistía al que sí acudió su socio secesionista Pere Aragonès (ERC). En ambos casos Sánchez mandó a un propio, tan intrascendente como Óscar Puente o Juan Espadas, para no tener que dar la cara. En el Congreso permaneció callado y en el Senado directamente ni apareció.

Tampoco es muy característico de los valientes el viejo truco de jugar con el calendario para camuflar sus pactos con los secesionistas y herederos de ETA, lo que revela una evidente mala conciencia de quien sabe que está haciendo algo vergonzoso.

Por eso Sánchez se reunió con una condenada por enaltecer a la banda terrorista como Mertxe Aizpurua (Bildu) en mitad del puente del Pilar, para ver si así pasaba más desapercibido. Y por eso mismo aprovechó un hito histórico como la jura de laPrincesa de Asturias para, en la misma víspera, mandar a otro propio a rendir pleitesía al prófugo Carles Puigdemont, al que permitió hasta humillar a su partido sentando al número tres del PSOE delante de una gran foto con las urnas ilegales del 1-O.

El mismo día repitió la argucia para anunciar con nocturnidad su acuerdo con ERC, apenas unas horas después de prometer «lealtad» a la Princesa que acababa de jurar la misma Constitución en la que esa misma mañana se había ciscado la otra parte de ese mismo acuerdo.

Otro ejemplo de falta de valentía política es parapetarse en la militancia para que los incondicionales legitimen en un remedo de consulta algo sobre lo que no tienen el más mínimo detalle ni información. Es decir, exigir un cheque en blanco sin dar explicaciones y sabiendo de antemano que te lo van conceder, pero sin decir en qué ni cómo te lo vas a gastar. A ciegas y a fondo perdido.

En definitiva, cinco ejemplos claros y recientes, de apenas el último mes, que demuestran que el actual líder del PSOE no es audaz, sino mendaz. Suena parecido pero es muy distinto. La RAE lo define con una sola palabra: «Mentiroso». Sin más.

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