Un imán juzgado por terrorismo se desmarca y culpa a la Policía: «Se aprovecharon de mi simpatía»

Bilal J., que afronta ocho años de cárcel, asegura que un infiltrado le dio los móviles con vídeos del Daesh

El primer 'niño yihadista' condenado en Madrid fue captado por el aparato de propaganda

Bilal J., en un momento de su declaración ABC

Bilal J., que era responsable del sermón de los viernes en una mezquita de la localidad madrileña de Getafe, ha declarado este miércoles ante el tribunal que le juzga por autoadoctrinamiento y enaltecimiento del terrorismo en la Audiencia Nacional que el abundante material incriminatorio ... que le fue intervenido no era cosa suya, sino de la descarga automática de imágenes en grupos de chat religiosos en los que participaba y del contenido que él desconocía en dos móviles que le entregó «una persona que trabaja con la Policía». «Una cosa es investigar y otra obligar y aprovecharse de mi simpatía», ha llegado a asegurar.

El imán se sienta en el banquillo con una petición de ocho años de cárcel, después de que investigando el entorno de Mousa el Morabit, un yihadista retornado a España y detenido en Barcelona, los agentes de Información diesen con él. Según el relato de la Fiscalía, avalado en el juicio por los autores de los informes policiales, el retornado le tenía en agenda como «Bilal Daesh». Las escuchas destaparon que tras ese nombre había una persona que trabajaba en una mezquita de Getafe y finalmente, dieron con él.

Le fueron intervenidos cuatro teléfonos móviles cargados de mensajes, vídeos, fotografías y discursos de corte yihadista, así como equipados con aplicaciones para ocultar la identidad. Contaba, además, con una batería de cuentas en redes sociales donde habría participado de la propaganda yihadista y expresado adhesión a los postulados, así como satisfacción por al menos, dos atentados.

Ante la Sección Tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional, su declaración no ha empezado con buen pie. Cuando el fiscal Emilio Miró ha comenzado a interrogar, él le ha afeado que no le hubiera dado opción de no responder. «Ya le he dicho yo que tiene derecho a no declarar, pero no interrumpa. No tiene que decir 'no me has preguntado'. Usted no dirige el juicio, aunque se haga el listo. Y listos, ninguno. Responda y ya. Yo ya le he informado su derecho a no declarar, si no lo quiere entender, no lo entienda», le ha espetado en ese punto el presidente del tribunal, Alfonso Guevara.

A partir de ahí, ha contestado a su abogado para negar todos los hechos. Sobre los contenidos yihadistas, ha señalado en primer lugar que dos de los móviles intervenidos se los había dado el agente infiltrado que trabajó en la operación por la que acabó detenido. «Antes de detenerme, me dieron esos teléfonos y me encuentro cosas en la acusación que no sé de dónde sacaban, yo no sabía nada de esas fotografías», ha apuntado.

Mientras, para los dos terminales cuya propiedad sí reconoce ha justificado la descarga automática de los grupos sobre religión en los que participaba. «Grupos de aprender cómo rezar o de los sabios musulmanes antiguos. Yo entraba en esos grupos por esos títulos, pero yo nunca he entrado en un grupo de 'aquí hacemos terrorismo o adoctrinar'», ha espetado.

«Son vídeos con contenido específico»

«Son videos con un contenido muy especifico que la organización terrorista dirige a sus miembros, no creo que sea algo que ellos quieran que se descargue cualquiera. No sabemos de donde lo sacó, pero sería de un foro o una página dedicada a miembros de la organización», subrayaría después uno de los investigadores que ha prestado testimonio en el juicio.

En cuanto a las conversaciones que mantenía con una mujer, ha puesto el acento en que ella, a la que incardina como infiltrada de la Policía, le estaba tendiendo «una trampa». «Ella en Facebook me dijo que quería conocerme, que le gustaba mi foto. Le di mi 'whatsapp' y empezó a preguntarme», ha señalado, tras desarrollar cuál era la relación.

«Me preguntaba por cabecillas de terrorismo, ¿conoces a este? y ¿a este? Yo no lo conozco y me meto en Google para saber de qué está preguntando esta chica. También me decía mucho de vivir en Barcelona y yo no sabía por qué. Esta chica me decía que quería ir a conflicto para ver cómo yo respondo. Yo entiendo que ella lo hace por investigar pero una cosa es investigar y otra obligarme y aprovechar mi simpatía para sacar esos objetivos», ha apostillado.

Y respecto de los textos yihadistas, su versión es que copiaba sermones que se compartían en otro grupo de whatsapp y se los reenviaba para guardarlos, porque de ahí luego extraía fragmentos para construir su sermón de los viernes. «Nunca he hablado de wahab ni de terrorismo en la mezquita. Nunca he hecho en la mezquita un sermón de la yihad», ha zanjado. Otro de los agentes de la investigación confirmaría más tarde que en su entorno en Getafe no encontraron indicios de terrorismo.

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