Génova da un giro a sus políticas para debilitar al PSOE: «Iremos a donde no le guste a Sánchez»
El PP busca ganar músculo electoral acercándose a sectores que había dejado a un lado en el pasado
Feijóo se planta ante la amenaza de los de Abascal: no se someterá a «chantajes de ningún tipo»
Madrid
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Iniciar sesiónEl reciente choque con Vox a causa de la inmigración no ha hecho más que confirmar a la dirección del Partido Popular que el camino emprendido a principios de 2024 es el correcto. Fue entonces, superado el 'shock' que supuso no alcanzar La Moncloa, ... cuando la cúpula del PP trazó una estrategia para escarbar en el electorado más moderado, dejando a un lado a Vox. No por desprecio al partido de Santiago Abascal, sino por convencimiento de que había más espacio que ganar entre los decepcionados con Pedro Sánchez por sus escarceos con Junts y Bildu.
Ese giro al centro ya se notó durante los diferentes procesos electorales de principios de año, aunque ha sido tras el verano cuando se ha acentuado, poniendo el foco en caladeros de voto que se habían dejado de lado en el pasado y a los que el PP quiere seducir pensando en las próximas elecciones generales, ya sean en 2027 o antes, si finalmente hay una revelación de Víctor de Aldama que derriba al Ejecutivo. Pase lo que pase, en Génova quieren estar listos y eso pasa por aglutinar, hasta entonces, el mayor porcentaje de voto posible.
Si algo dejaron claro las generales del 2023, además de que Sánchez es capaz de traicionar sus propias promesas para gobernar, es que una mayoría absoluta de Alberto Núñez Feijóo es una quimera, al menos en este momento. Las últimas encuestas electorales publicadas ofrecen una ventaja holgada al bloque de la derecha, con una horquilla de 20-25 escaños por encima de la mayoría absoluta, y con Vox al alza, por encima de los 50 diputaos. Números que refuerzan una idea que se asumió hace tiempo en Génova y que no es otra que la necesidad de entenderse con Abascal para poder llegar a La Moncloa.
De hecho, la gestión de la DANA de Valencia, en la que los populares han reconocido errores por parte de Carlos Mazón, no se ha convertido en una preocupación en clave electoral precisamente por esto. «Lo que ha ocurrido en Valencia puede que nos pase factura y que perdamos algunos votos, pero la mayoría serán en favor de Vox. Muy pocos de los que confiaron en nosotros en 2023 optarían por votar al PSOE o a Compromís», reflexionan desde Génova, desde donde recuerdan que «Sánchez ya ha legitimado la alianza con Vox al haber votado con ellos la llegada de Teresa Ribera a la Comisión Europea».
«Si al final nos vamos a tener que entender con ellos, lo mismo da que sea por cinco que por 25 diputados. La negociación va a ser igual de fácil o complicada. Ya con los gobiernos autonómicos nos dimos cuenta de eso», explica a ABC una persona cercana a la dirección del partido.
En Génova tienen asumido que deberán formar alianza con Vox para gobernar y por eso no les preocupa que los de Abascal sigan creciendo
Un problema del futuro, en cualquier caso, al que la cúpula del PP no quiere dedicar ahora ni un segundo, pues prefieren centrarse en ganar músculo electoral por el centro y más allá. Entrando en nichos inesperados y asumiendo que esto puede tener un coste entre su electorado más conservador, tendente a emigrar a Vox, pero atrayendo a ciudadanos menos ideologizados y que se sienten maltratados por el actual Ejecutivo de Sánchez. «A la gente lo que de verdad le importa es su día a día. Sus problemas reales y no lo que pase con la amnistía o con la mujer de Pedro Sánchez. Le importa si puede comprar el pan, irse al cine o si se puede comprar una casa», reconoce a ABC un barón territorial del PP.
Ley de vivienda
Después de una primera mitad de año centrada en la Ley ELA y en la educación, con el lanzamiento de la EBAU común, el Partido Popular utilizó el desarrollo de la ley de conciliación -que sigue bloqueada en el Congreso por parte del Gobierno- para acercarse a un sector tradicionalmente contrario a sus postulados: los sindicatos.
Fue el propio Feijóo el encargado de abrir el diálogo social a colación de esta norma centrada en las familias y los horarios laborales y utilizó para ello la sede del PP, desde la que los líderes sindicales llevaron a cabo sus ruedas de prensa tras haberse reunido con los responsables del Partido Popular en materia social y económica. Un primer acercamiento que desembocó hace solo unas semanas en la participación del presidente de los populares en el Congreso Federal de la UGT, en el que se convirtió en el primer líder del Partido Popular en intervenir en esta cita tras 44 ediciones. «Iremos a donde no le guste a Pedro Sánchez con el objetivo de arrebatarle todo el apoyo que podamos», explica a ABC un miembro cercano a la cúpula del partido.
Acercamiento a los sindicatos: CC.OO. Y UGT
Con la excusa de ultimar la puesta en marcha la ley de conciliación, Feijóo convocó en la sede del PP a los principales líderes sindicales, con los que ha tratado de forjar una buena sintonía. Tanto, que no dudó en convertirse en el primer presidente del PP en participar en un Congreso Federal de UGT. Todo, con el objetivo de transmitir una imagen más cercana a los agentes sociales y evitar el rechazo del electorado asido a los sindicatos.
Una ley de vivienda para atraer a los más jóvenes
Si hay un problema que duele en la España actual y que parece no tener solución es el de la vivienda, que afecta especialmente a los jóvenes, Por eso, el PP presentó un plan en esa materia, consensuado con sus comunidades autónomas, con el que pretende mitigar el acceso a la vivienda de los jóvenes y, de paso, conseguir su apoyo en unas hipotéticas elecciones.
La intervención de Feijóo ante los líderes de la UGT provocó sorpresa en el bloque de la derecha y también el rechazo en parte del electorado tradicional del PP, aunque despertó el interés en un sector de la población que no había reparado hasta ahora en las políticas de este partido. Así se refleja en estas encuestas recientes, en las que el PSOE se mantiene a costa del bajón de la izquierda más radical y el PP sigue creciendo al recibir buena parte del voto que se le escapa a los socialistas.
Para atraer a parte de ese ciudadano descontento, además de la ley de conciliación que está bloqueada en el Congreso por el Gobierno desde hace meses, el Partido Popular presentó a principios de octubre su plan en materia de vivienda con el objetivo de facilitar el acceso a este bien de los más jóvenes. Un guiño para este colectivo al que Sánchez ha mimado especialmente con medidas populares como el bono cultural y el abono transportes gratuito y al que el PP quiere acercarse dando solución a uno de los problemas que más denuncian en las encuestas del Centro de Investigaciones Sociológicas (CIS).
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