Vox fulmina al que fue su candidato por Pontevedra y sigue sin encontrar su sitio en Galicia

Según escribió el mismo en su cuenta de X, antiguo Twitter, la formación de Santiago Abascal le ha impuesto cuatro años de suspensión. Budiño había estampado su firma junto a la de un centenar de cargos y excargos críticos con Vox para exigir que el líder de la formación rindiese cuentas por su gestión. En esa misiva, los firmantes reivindicaban la «refundación» del partido, al que veían convertido en un «chiringuito». Y ellos, quienes suscribían la carta, se erigían en los verdaderos «patriotas» que se enfrentan a la «tiranía» de Abascal.

En su cuenta de X, Budiño ha arremetido contra la dirección de Vox, esperando que «reciba de los ciudadanos lo que se merecen por falsarios y traidores a sus propios principios fundacionales». Según Budiño, lo han apartado del partido simplemente «por ser libre y decir la verdad».

«Yo no me escondo. Quiero un VOX fuerte, firme y leal a sus principios fundacionales, justo todo lo contrario de este vox fanatizado, manipulador y falsario. ¡Todo por España, no por el partido!», añadía el propio Budiño en otra de sus publicaciones.

Budiño asegura que él no ha cambiado sus principios, pero, a su juicio, sí lo ha hecho Vox a lo largo del último lustro, «y para mal». «Lo más doloroso es que están engañando a mucha gente, escondiéndose detrás de una bandera que no les pertenece y de un discurso que no se entiende. Lo mío es una gota más en un vaso ya rebosante», añadía el general ya retirado.

Todo esto sucede después de que hace tres meses, tal y como entonces adelantó ABC, el único cargo electo de Vox en Galicia, la hasta entonces concejala en Avión Lilian Cerdeira, decidiese dar portazo al partido de Abascal para continuar como edil no adscrita en el municipio.

Cayó así la única pica de Vox en Galicia, formación que todavía no ha conseguido colar ningún cargo electo en el Parlamento Autonómico, en las diputaciones provinciales o en alguno de los otros 312 ayuntamientos de la Comunidad.