Tres jóvenes serán juzgados por el asesinato a navajazos de Yoel Quispe en 2023 en La Coruña

El auto de apertura del juicio oral, dictado este lunes por el Juzgado de Instrucción número 1 de La Coruña y al que ha tenido acceso ABC, va más allá de un mero trámite. En este caso, a diferencia de otros, no estaba claro cuántos jóvenes serían juzgados ni por qué delitos concretos.

En ese sentido, han prevalecido las tesis de las acusaciones particulares frente a la posición de la Fiscalía, que defendía juzgar únicamente al autor material de la puñalada mortal, limitando los hechos a un delito de homicidio, lo que supondría una pena menor en comparación con el asesinato.

Según el relato provisional, los tres acusados llegaron sobre las seis y media de la madrugada a la confluencia de las calles Juan Flórez y Sinfónica de Galicia, donde varios jóvenes se estaban peleando. Al principio intentaron calmar la situación, pero en un momento dado, por razones no aclaradas, José Luis F. comenzó a mostrarse agresivo con Yoel Quispe. Ambos se enzarzaron en una pelea con empujones, patadas y puñetazos.

Durante la refriega, José Luis F. se dirigió a su amigo Yared G. y, presuntamente, le pidió —o le arrebató— una navaja que este llevaba. Con ella, atacó por sorpresa a Yoel Quispe, quien se encontraba bajo los efectos del alcohol, y le asestó una puñalada mortal. Tras el ataque, José Luis F. abandonó el lugar junto al también acusado Aaron L., que presenció toda la escena.

El arma del crimen nunca fue encontrada, pero las acusaciones sostienen que ambos se deshicieron de ella mientras se dirigían a una cafetería donde se reencontraron con Yared G. El autor del apuñalamiento fue detenido cuatro días después y permanece desde entonces en prisión preventiva.

La interpretación de los hechos varía considerablemente entre la Fiscalía y las acusaciones particulares. La Fiscalía imputa a José Luis F. un delito de homicidio y solicita para él 14 años de prisión. Para los otros dos jóvenes pedía el sobreseimiento de la causa.

Las acusaciones particulares, en cambio, sostienen que se trató de un asesinato —lo que podría acarrear penas de hasta 25 años de prisión— y señalan la implicación de los tres procesados con distintos grados de responsabilidad.

Finalmente, la jueza se inclina por juzgar a los tres y admite la posibilidad de calificar los hechos como asesinato. En el auto se señala que será durante el juicio cuando se analice la solidez de las pruebas, pero contempla como posibilidad el agravante de alevosía, por el estado de indefensión de la víctima debido al alcohol y por «el carácter sorpresivo» del ataque con la navaja.

Respecto a Yared G., imputado como cooperador necesario, la jueza sostiene que el relato de la Fiscalía —que no aclara si animó al acusado a tomar la navaja o si fue despojado de ella— obliga necesariamente a enjuiciarlo para dirimir esa cuestión.

En cuanto a Aaron L., insiste en que debe ser juzgado por un presunto delito de encubrimiento, ya que presenció el crimen, huyó del lugar con el autor material y «es altamente probable» que ambos se deshicieran del arma durante la huida.