La música, un medio para narrar historias: Elsa Muñiz construye el 'pianotelling'

Elsa construye el 'pianotelling', una forma de expresión doble: musical y literaria. «Quería ofrecer una visión de la música clásica un poco más didáctica para acercarla a todo el público«, relata en conversación con ABC. Dado que dicha escuela cuenta con »multitud de interpretaciones« pero habitualmente »no tiene letra, como puede ser el caso de una canción«, que especifique un relato concreto, optó por situar al oyente en su propio »universo«. La joven compositora se valió de »lo que estaba sintiendo en aquellos momentos«, lo que se le »pasaba por la cabeza«, para nutrir su apuesta por un desdoble dimensional: la fusión de sus melodías con el formato de la micronarrativa.

Así nació, en 2018, su álbum 'Memories'. A lo largo de siete composiciones, cada una referida a un microrrelato autobiográfico basado en sus propias vivencias, el oyente se adentra en los recovecos de la mente de la pianista boirense; y el cóctel que conforma su conjunto hace gala de una equilibrada simbiosis entre narrativa y musicalidad. El disco llegó a superar los dos millones de escuchas en Spotify y, por esa buena acogida, la compositora decidió publicar un libro de partituras de título homónimo en octubre del pasado año; todas ellas precedidas de una ilustración y su microrrelato correspondiente, manuscrito por la propia Muñiz, en forma de caligrama aludiendo al contenido de la historia.

La primera edición se publicó en lengua gallega, financiada por la Secretaría Xeral de Política Lingüística de la Xunta, gratuita para ser utilizada en conservatorios y escuelas de música de Galicia. El libro está dedicado a sus profesores y profesoras – y en especial a su primer maestro de piano, José Ramón España Lorenzo– pero fue, también, un regalo que Elsa entregó a la comunidad de la enseñanza. Este último marzo, el libro fue seleccionado por la Fundación SGAE como receptor de una ayuda para sacar adelante su publicación en castellano, la cual vio la luz el pasado viernes, día 31. Esa mismo jornada fue presentado por la artista en el Pazo de Goiáns, localizado en su pueblo natal.

'Memories' abre con 'Angrois', pieza que introduce la atmósfera inicial, sombría. Cuenta Muñiz que compuso el tema «la noche del accidente de tren que marcó a Galicia». Es, inevitablemente, «oscuro y triste», con momentos muy marcados por una melodía que cede ante la «rabia y frustración» pero que, a intervalos, deja entrever con cambios la «luz» que trajo «la solidaridad de toda la gente que socorrió a las víctimas e hizo colas kilométricas para donar sangre». Y cierra el álbum 'Esperanza de papel', que pone música –bebiendo de la obra de Fauré– a un poema que escribió la autora durante su estancia en Polonia. Lo que existe entre estos dos extremos es un viaje que recorre la psique y la trayectoria de la pianista.

Al filo de aquella experiencia, 'Varsovia' constituye una suerte de carta de amor que dedica la autora a esta ciudad, en la cual, relata, experimentó una reinvención de su plano compositivo. Allí acudió por primera vez con una beca de estudio y cursó un año de Erasmus, pero terminó quedándose en la capital polaca para realizar su posgrado y, tiempo después, establecerse con un trabajo y una residencia. «Entre ensayo y ensayo descansaba componiendo esta pieza que, sin duda, al igual que la ciudad, me sirvió de salvavidas», cuenta Muñiz. 'Cuando todo está perdido' también se convierte en un medio expresivo para la artista, pero con un enfoque distinto. En este tema no tiene miedo de verter lágrimas -musicales- porque, reconoce, «la vida es dura. Parece que, cuando empiezas a remontar, la vida te dice: 'Cuidado, no te confíes, las cosas pueden ir a peor'». Con todo, a lo largo del tema se suceden secciones que evocan melancolía con otras más 'alegres'; estas, en alusión al pensamiento de la autora de que «incluso cuando las cosas se tuercen y no ves salida, siempre hay algo que te hace sonreír».

Otras melodías, como la de 'Presentimiento', 'irrumpieron' en la vida de Elsa. Explica que la compuso «el día antes de uno de los momentos más difíciles de mi vida» y «como un presentimiento de lo que a la mañana siguiente sucedería», una «pérdida». Exhibe una parte delicada que se 'enfada' para, después, recuperar la calma y volverse «reflexiva, casi dócil, porque al final lo que queda es la resignación y pensar que ya no se puede hacer nada más que intentar ser feliz por él». Por otra parte, 'Vals sentimental' nace tras escuchar unos valses que le encargó como tarea su profesora de Piano. Estos, cuenta su autora, le encantaron y quiso expresar sus propios sentimientos empleando esa vía: «[La pieza] se divide en dos partes bien diferenciadas: una mucho más triste y melancólica, seguida de otra más rítmica y alegre, mostrando el contraste de sentimientos que, como montados en una montaña rusa, todos pasamos en algún momento».

Finalmente, 'Jazz inspiration' se presenta, en cierto modo, como su 'patio de recreo'. Muñiz se topó con el jazz a raíz de un ejercicio de improvisación que le encargó un maestro del conservatorio. Con el tema, ella expresa que «la música es un juego, es pasarlo bien sin miedo a equivocarse y cuando empiezas a descubrir y a crear canciones es el momento de mayor satisfacción para el músico».