Ferrari 'fake': un vendedor de coches de segunda mano se libra de pagar dos millones por usar un Ford Cougar 'tuneado' como gancho
Un magistrado de un juzgado coruñés entiende que el acusado no puso el vehículo a la venta, sino que funcionaba como gancho, y que era evidente que lo habían tuneado
Cuidado con los trucajes: Qué revisar antes de comprar un clásico
SANTIAGO
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Iniciar sesiónLa jugada puede salirle muy cara a un vendedor de coches de segunda mano que adquirió un vehículo tuneado para darle la apariencia de un Ferrari, un «juguete» que funcionaba como gancho para sus clientes. La Fiscalía pedía para él un año ... de cárcel por delito contra la propiedad intelectual, además del pago de 2,1 millones de euros a la marca italiana. Pero ha quedado absuelto, de momento, por un juzgado de Lo Penal de La Coruña.
Los hechos, según recoge la sentencia difundida por el TSXG, se remontan a octubre de 2018, cuando el acusado compró un coche de la marca Ford al que se habían efectuado modificaciones «con las que se había logrado una cierta apariencia de pasar por un Ferrari F430 Scuderia», tanto en la carrocería como en el interior; también se habían instalado emblemas y escudos de la marca transalpina. Se habían empleado piezas de otros fabricantes de su parecido o de factura artesanal. El acusado sabía perfectamente lo que compraba: un Ferrari 'fake'. La marca en ningún momento dio su permiso para utilizar sus símbolos y otros elementos característicos, como el caballo rampante. El dueño del negocio le colocó unas pegatinas de su establecimiento y lo exhibió, divulgando además la adquisición en su página web, hasta que fue incautado por la Policía Local de Arteixo (La Coruña).
Para el magistrado, no resulta acreditado que el acusado hubiera cometido un delito contra la propiedad intelectual. En la sentencia se recoge que aquél rechazó que pretendiera hacer pasar el coche por un auténtico Ferrari: los emblemas eran «burdos» y se veía que se trataba de meras pegatinas. Él no añadió nada, salvo las pegatinas. El coche llevaba cinco años circulando de esta guisa y su anterior propietario no le trasladó ningún problema legal, se defendió. También argumentó que nunca lo puso a la venta, porque su empresa únicamente trabaja con vehículos de gama media-baja; de haberlo hecho, incluso podría haber ahuyentado a posibles compradores, dijo. Lo usaba únicamente como coche de gerencia, en la exposición, y lo tuvo en su poder 12 días hasta que fue incautado.
«La declaración del acusado es solo parcialmente creíble», tercia el magistrado, porque superficialmente el coche sí aparenta ser un Ferrari, aunque pronto se cae por su propio peso el artificio: el motor no está donde debería y no suena ni de lejos como debería. Tampoco cuela el interior. Los emblemas eran de mala calidad y la bandera ni siquiera era la italiana, sino la chilena, y hasta había piezas simuladas que no tenían la función que les correspondería, como pinzas y discos de freno, además de que los retrovisores no se plegaban, se recrea el magistrado.
A renglón seguido, considera que o ha quedado fehacientemente acreditado que el acusado hubiera cotejado el registro de modelos o dibujos industriales de la marca ni que fuera su voluntad utilizar un coche de esas características vulnerando derechos registrales. El masgistrado es contundente: «No estamos ante un experto en la materia, eso es evidente. Se trata de un vendedor de coches de segunda mano. Difícilmente resultaría creíble que supiese ni una palabra de modelos o dibujos industriales de vehículos. Así que menos sabrá aún que pueda existir un registro por parte de Ferrari de los componentes del Ferrari 430 Scuderia en la Oficina de Propiedad Intelectual de la Unión Europea».
Sin perjuicio para la marca
De la misma manera, tampoco considera acreditado que hubiera fines industriales o comerciales por parte del acusado. «¿Acaso el uso de un coche «tuneado» (permítasenos la expresión, que fue profusamente utilizada en Sala), que aun para los menos entendidos claramente resulta patente que no es un Ferrari, vulnera las reglas de la competencia? ¿Va a perder la marca Ferrari alguna venta de sus exclusivos vehículos por el hecho de que un vendedor de coches de segunda mano se pasee por Arteixo en un Ford Cougar que se parece a un Ferrari? ¿De verdad que se está pretendiendo una condena a penas de prisión y que incluye, de manera añadida, el pago de no menos de 2.100.000 euros por el daño reputacional provocado por el acusado en la imagen de la marca?», desgrana la sentencia.
Las acusaciones, añade, no pudieron probar que se ofreciera en venta el vehículo, por más que un empleado publicase en su Facebook particular una fotografía del coche, que calificaba de «juguete recién llegado» y animaba a quien lo quisiese «ver» que acudiese al negocio de compraventa. El juez hace hincapié en que se usa ese verbo, «ver», ni comprar ni alquilar.
La sentencia puede ser recurrida. Hasta que no sea firme, el falso Ferrari aún puede jugarle una mala pasada a quien, según el juez, únicamente lo compró como atracción para su negocio.
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