Los sectores que crecen pese al coronavirus
Las empresas de reformas, saturadas ante la demanda para mejorar casas
Esperas de tres meses para iniciar una obra en inmuebles son frecuentes tras una explosión de solicitudes
Además de las residencias habituales se registra un bum rehabilitador de segundas viviendas en zonas rurales
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Iniciar sesiónDesde que fundó su empresa hace ahora trece años, Óscar Penedo nunca había tenido tanto trabajo. En su carpintería de Rois (La Coruña), que emplea a cuatro personas, tienen la agenda completa hasta septiembre y los encargos siguen llegando. «Es algo disparatado el trabajo que ... hay, nunca se le dijo que no tantas veces a la gente», comenta. Tras el confinamiento y ante la imposibilidad de destinar gasto a la hostelería o los viajes, en los hogares gallegos se ha desatado una fiebre por meterse en obras . La Federación de Asociaciones de Empresas de la Reforma y la Rehabilitación de Galicia (Federgal) reconoce que la mayoría de pymes tienen «una sobrecarga de trabajo importante». A los clientes cada vez les resulta más difícil encontrar albañiles, pintores o carpinteros que vayan a mejorar sus viviendas.
A diferencia de bares, restaurantes, agencias de viajes, hoteles o el sector de los conciertos, la rehabilitación ha salido beneficiada tras la irrupción del coronavirus en la primavera pasada. «En la parte del confinamiento, cuando se prohibió el trabajo en los hogares y se cerró todo en seco, la preocupación fue máxima», reconoce Agustín Moreira, presidente de Federgal. Pero tras pasar un tiempo encerrados en casa, muchos gallegos se dieron cuenta de que su vivienda necesitaba actualizarse. Las obras no han llegado sólo a las residencias habituales. «Nosotros hemos notado un incremento muy importante de segundas residencias . Viviendas heredadas de los padres en el campo que ahora se reforman pensando quizás en poder pasar más tiempo en el exterior en plena pandemia», explica Jaime Rey, gerente de la empresa de materiales cerámicos de la construcción Segundo Rey, de Milladoiro (Ames).
Según los cálculos de Federgal, la reforma y la rehabilitación suponen en Galicia el 75% del sector de la obra civil. Está conformado por alrededor de 26.000 pequeñas empresas y emplea en la Comunidad a unos 60.000 trabajadores. Agustín Moreira explica que el crecimiento de los pedidos se disparó en el segundo semestre del año pasado. « A nivel nacional, de media, un 7-8% con respecto al año 2019 y en estos meses de 2021 la tendencia sigue creciendo », indica. Los números del almacén de Jaime Rey son aún mejores que la media española. «Andamos sobre un 25% de incremento, es una cifra muy importante», subraya el gerente del negocio destinado a productos cerámicos, desde azulejos a suelos o sanitarios. «Las habitaciones que más se reforman suelen ser las cocinas y baños, que es lo que más suele deteriorarse con el paso del tiempo y esto es a lo que nos dedicamos», subraya. Según Federgal, aseguran que lo queda de año 2021 se afronta con «razonable optimismo», aunque surge la duda de cómo se comportará el mercado de la reforma si a partir del verano la pandemia permite ir retomando la actividad turística.
Subida de precios
«La gente ha ahorrado dinero, no lo gasta ni en salir a comer o cenar fuera los fines de semana, ni en irse de viajes en el verano», reflexiona Óscar Penedo. El carpintero detecta también un cierto efecto de contagio. «La gente ve que hay trabajo, que muchos conocidos están rehabilitando y se animan, piensan que si el otro puede ellos también, no es muy normal », sostiene. La demanda crece incluso a pesar de que algunos precios también se están disparando. «Un porche de una casa antes andaba en 4.000 euros y ahora está costando casi 7.000», explica. Penedo indica que, además, empieza a escasear el producto. «Todo lo que tenga que ver con la madera está subiendo mucho, en la pandemia no se cortó en países como Estados Unidos y ahora no hay materia prima, pasa como con los microchips de los coches», relata. Antes en siete días le servían una viga, «el otro día encargué y me dijeron que tardaban dos meses, la estaba pagando a 500 euros el metro cúbico, ahora son 875», relata el carpintero.
En los almacenes Segundo Rey también están notando que los precios van al alza. «El latón por ejemplo es la materia prima principal para las griferías y ha tenido una subida muy importante, la mayor parte procede de China y allí ha subido mucho el consumo interno », indica el gerente. De momento no notan desabastecimiento de productos, pero sí que perciben que el plazo medio para recibir algunos pedidos comienza a ir cada vez más lento. «Se ha alargado una semana, antes nos servían en 15 días y ahora en tres semanas, igual va a ser complicado de cara al verano», indica.
El presidente de Federgal, Agustín Moreira, explica que de media hay una espera de dos o tres meses para poder iniciar la obra ante la demanda actual. El Covid ha revitalizado a un sector que había quedado muy tocado en la anterior crisis de 2008. Moreira indica que las empresas de promoción de obra nueva siguen con niveles de actividad mucho más bajos que durante los años del bum del ladrillo y que muchas firmas de la construcción han desaparecido, por lo que el volumen de actividad sigue siendo más bajo. Aunque reconoce que las cifras de entonces «eran insostenibles y no deben volver» .
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