La chispa solidaria que prendió ABC

«Se había interesado por vuestra noticia y le había preocupado, sobre todo», confirma Juan Comín, representante del Olimpia. «Y la verdad es que rápido nos hizo un donativo para que todo fluyese un poquito mejor». Ninguna de las dos partes entra en la cantidad en cuestión. Es lo de menos. « Es un granito de arena que nos ayuda muchísimo . Siempre hay algunos gastos, cosas básicas que cubrir, y la verdad es que por supuesto que hacía falta», admite Comín, quien le dio las gracias a su benefactor en nombre de todos. «Simplemente ayudarles un poco. Para eso estamos: para intentar socorrer, cada uno dentro de nuestras posibilidades», resume Del Campo.

Agricultor y ganadero que sigue «en la brecha» a sus 72 años, explica que siempre ha sido «muy amante del circo», desde que siendo niño sus padres le llevaban al Price, en Madrid. Desvela que el año pasado, en Ciudad Real, donde alterna residencia, «c ompré 15 o 20 localidades para que las repartieran entre los niños y llenaran el circo ». «Es un detalle que le honra como persona», elogia este episodio Comín.

A la hora de contactar con el Olimpia y realizar una transferencia, este suscriptor de ABC tuvo en mente, explica, que «los circos sufren muchas dificultades. Es una vida, desde el punto de vista mío, un poco sacrificada. Hoy aquí, mañana allí...», comenta. Durante la charla también deplora que estos espectáculos se vean «machacados»: «Que no pueden llevar animales, que no pueden llevar esto...». Y también desvela una conexión especial con Galicia , adonde viaja a menudo en coche, con A Toxa como emplazamiento predilecto. «Galicia me encanta, su gente, sus paisajes», comparte.

«Le dije que me guardaba su teléfono para recompensárselo de alguna manera en el futuro. Simplemente, para estar en contacto, saber cómo estamos unos y otros. Ha surgido una buena amistad al final », celebra, agradecido, Comín.

Del Campo va más allá de su gesto y reflexiona: «Esta resurgiendo, que a lo mejor lo teníamos más muerto o menos muerto, ese afán de intentar ayudar a los demás, de intentarles socorrer, de ser más solidarios , más atentos, más educados». Corrobora el representante del circo: «Se nos encoge el corazón de ver cómo nos apoyan. Se nos saltan las lágrimas cada vez que lo pensamos o vemos que viene una familia y trae una comida o juguetes».

Comín revela que el alcalde de Lalín, el popular José Crespo, fue a conocerles en persona en cuanto pasó la cuarentena: «Lo primero que hizo fue venir a saludarnos, ver que no nos faltase de nada». Los vecinos, insiste, se están portando «no de 10, de 20». Y añade: «Nos estamos dando cuenta de la solidaridad de la gente. Nunca lo habíamos vivido y nos emociona ». Es la cara más amable de la pandemia.