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Juicio Diana Quer

El Chicle, a su compañero de juergas: «¿Quieres ver un pozo?»

La segunda sesión por la muerte de Diana Quer se cierra tras escuchar el testimonio de su exmujer, de su mejor amigo y de tres mujeres a las que abordó

Sigue en ABC.es el desarrollo del juicio minuto a minuto

En la imagen, Manuel Somoza, el amigo del Chicle que dijo haber ido al pozo con él MIGUEL MUÑIZ
Patricia Abet

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Las declaraciones de la exmujer de José Enrique Abuín y de su mejor amigo marcaron la jornada de hoy en los juzgados de Santiago. Mucho más breve que la sesión anterior, esta mañana han desfilado por la sala de vistas varias de las personas que compartieron con el Chicle los días siguientes a la muerte de Diana Quer. Todos han coincidido en que su comportamiento «no varió» en absoluto tras esta muerte y en que el acusado se siguió comportando «con total normalidad» . Una de las declaraciones más esperadas era la de la exmujer del procesado, Rosario Rodríguez, que no llegó a cruzar la mirada con el padre de su hija. A lo largo de más de media hora, la testigo reconoció que le preguntó en innumerables ocasiones si había tenido algo que ver con la desaparición, aunque Abuín «siempre me lo negó». También confesó que le dio coartada porque él se lo pidió y que su relación en los últimos tiempos ya estaba tocada.

En el plano más íntimo, Rosario Rodríguez llegó a declarar que su vida sexual «no era normal» en los últimos años, pese a que mantenía relaciones con el Chicle «en días alternos» . Pese a todo, la exmujer reiteró que nunca pensó que su pareja en aquel entonces pudiese haber sido «capaz» de algo así, pese a tener constancia de la denuncia de violación de su hermana gemela y de que la había engañado hasta en dos ocasiones con otras mujeres. Serena y sin perder el hilo de las preguntas formuladas por las partes, Rosario Rodríguez -que se describió como «totalmente divorciada» - anotó que la noche de la muerte de la joven de Pozuelo su marido durmió a su lado como cualquier otra noche, y que al día siguiente se fueron con la familia a la playa. Sus palabras fueron confirmadas por el cuñado de Abuín, que en ese momento vivía con ellos y que también le dio cortada temeroso de sus amenazas y porque estaba convencido de que «él no era capaz de hacer una animalada así».

«Engañaba a su mujer para ir de discotecas»

Desde el estrado, José Enrique Abuín fue testigo de la confesión de la hermana gemela de su exmujer, que lo denunció por violarla en su coche cuando ella aún era menor a punta de navaja . Sobre este capítulo, que está en fase de investigación, Vanesa Rodríguez manifestó que le marcó la vida y que «cada vez que llega la fecha, lo recuerdo». Pero una de las intervenciones más reveladoras de esta segunda jornada fue la del mejor amigo del Chicle, que esta mañana dejó al descubierto todas sus «salidas» juntos. Sin vacilar, el hombre señaló que Abuín engañaba a su mujer para irse por la noche a las discotecas de la zona y abordar a chicas más jóvenes que él. El perfil, siempre el mismo. Altas, morenas, delgadas y con el pelo largo. Con algunas de estas muchachas entabló relación a través de las redes sociales, según confesó su compañero de juergas. Durante el día, el interés de Abuín por las mujeres jóvenes se manifestaba en las constantes visitas que hacían en coche a los institutos de la localidad, y que el acusado aprovechaba para increparlas . «Les llamaba guapas, morenas» contó su íntimo amigo.

Los gustos sexuales del presunto depredador los llevaron a acudir a clubs de alterne de distintas ciudades de la Comunidad, donde mantenía relaciones con las mujeres que se plegaban a sus gustos: de nuevo jóvenes, morenas y delgadas. A continuación y, guiado por las preguntas de las acusaciones, el testigo reconoció que en dos ocasiones había ido con Abuín a la nave de Asados y que en una de estas visitas el Chicle le había enseñado el pozo donde finalmente apareció el cadáver de Diana . Sobre este capítulo, que el acusado negó con la cabeza, el amigo indicó que habían llegado a levantar la tapa del agujero para ver el fondo y si tenía agua. «Quieres ver el pozo», le preguntó. El calado de esta confesión fue tal que la hermana de Diana, presente en la sala, tuvo que abandonar la habitación entre lágrimas.

Tres víctimas más

La mañana se cerró con la testifical de hasta tres presuntas víctimas del modus operandi de Abuín, que reconocieron haber sido abordadas por él en plena calle. Las dos primeras, hermanas, explicaron cómo las detuvo mientras caminaban por la acera para intentar que se montaran en su coche. «Pasó por delante del bar en el que estábamos hasta cuatro veces» relató una de ellas, que señaló que «al verlo en la tele por el caso de la niña de Madrid me eché a llorar». «Pasé terror» coincidieron las dos al narrar unos hechos muy similares a los declarados por una tercera testigo que fue supuestamente abordada por el procesado en una carretera de Orense. «Me dijo: ven, que lo vamos a pasar bien».

La vista oral en los juzgados de Santiago se retomará este miércoles con la declaración de quince nuevos testigos. Entre ellos, algunos de los amigos con los que Diana Quer compartió su última noche , la mariscadora que encontró el móvil en el fondo de la ría y los feriantes sobre los que los agentes pusieron el foco en los primeros compases de la investigación.

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