«Reconocen, sin embargo, que en la ciudad de Alicante apenas se habla valenciano, pero prosigue el surrealista escrito en que se debería mantener la consideración legal de predominio lingüístico valenciano porque hace casi 150 años sí se hablaba bastante valenciano», cuestionan desde la Plataforma de Docentes por la Libertad Lingüística.
En este comunicado de las tres entidades ligadas a la Universidad de Alicante contrarias a que se considere la capital como castellanohablante -a juicio de los profesores- «se acude a los lugares comunes del totalitarismo lingüístico y usa los tópicos mitológicos habituales (disglosia, minorización lingüística)».
En cambio, en la plataforma docente ponen el foco en otro riesgo bien distinto, el nacionalismo independentista: «Animamos a todas las partes implicadas a abrir las puertas a la libertad y romper las cadenas lingüísticas; y, del mismo modo, nos unimos a los defensores sinceros del valenciano frente a su verdadero y único enemigo: aquellos que quieren soterrarlo como un dialecto del catalán, negándole su condición de lengua independiente».
Conquista por Alfonso X el Sabio y repoblación
También desde el punto de vista histórico, del pasado lingüístico de la ciudad de Alicante, la asociación de familias Idiomas y Educación discrepa de la tesis de estas tres instituciones universitarias al remontarse mucho tiempo atrás, a los orígenes. «La zona de predominio lingüístico es un concepto legal que atiende a cuál es la lengua histórica en el territorio, territorio que por cierto, fue conquistado inicialmente por el infante que sería Alfonso X el Sabio».
De paso, aluden a que se trata de un «rey castellano a quien Alicante (o sus regidores), tiene pendiente de honrar algo mejor el 800 aniversario de su muerte», por la efemérides.
Y entran más en detalle en que «están relativamente bien documentados los pasos iniciales de la repoblación de Alicante, que recibió fueros; Alicante permitió que Castilla se asomara al mar Mediterráneo, la repoblación fue muy variada, y aquí, como en todo, habría mucho de qué hablar y sano es que se haga».
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