Misa entre las cicatrices de la dana: una de las iglesias más destrozadas reabre siete meses después
La parroquia de Picanya, en la zona cero de la barrancada en Valencia, vuelve a llenarse de fieles mientras continúa la restauración de sus principales imágenes
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Uno de los templos más afectados por la catastrófica dana del 29 de octubre ha reabierto sus puertas al culto casi siete meses después de la tragedia con 228 muertos. Las cicatrices de lo ocurrido siguen presentes en las paredes y los altares de la iglesia de Picanya, municipio valenciano de la zona cero de la barrancada. Pero la parroquia de Nuestra Señora de Montserrat ha podido volver a celebrar una misa este sábado.
Tras los destrozos que provocaron las inundaciones, la actividad tuvo que continuar fuera de sus muros, en un local cultural -con escenario y butacas- cedido por el Ayuntamiento de la localidad. Después de una Semana Santa complicada y con todavía mucho trabajo por hacer, para los fieles que llenaron de nuevo los bancos del templo era un día importante. Las campanas, de hecho, repicaron con fuerza durante la tarde en un ambiente festivo.

La eucaristía estuvo presidida por el Vicario episcopal, Jesús Corbí, coordinador de la zona afectada por la dana, y concelebrada por el párroco de Picanya, Joaquin Civera. A la misma acudieron la directora general de Patrimonio de la Generalitat, Gemma Contreras, y el Teniente General de la Unidad Militar de Emergencias (UME), Javier Marcos, así como representantes municipales y voluntarios que ayudaron a los ciudadanos de la localidad en los peores momentos.
El agua alcanzó los 3,8 metros de altura en el interior de la iglesia, se llevó por delante imágenes y dañó obras de arte que no se han podido recuperar. Todas las estructuras de madera que aparentemente no habían quedado afectadas por el lodo se fueron agrietando con el paso de las semanas.

El Instituto Valenciano de Conservación, Restauración e Investigación (IVCR+i) está rehabilitando tres esculturas con un importante valor histórico y sentimental: el Ecce Homo de la Preciosísima Sangre, patrón de la localidad; la imagen de la patrona, la Virgen de Montserrat y la Virgen del Rosario, la más antigua de la iglesia, original del siglo XVIII.
Además de reconstruir muros e instalar puertas, también se han realizado trabajos de desinfección por la afección de hongos, utilizando una técnica de microabrasión, para devolver su esplendor a los retablos. Por su parte, la parroquia se ha hecho cargo de la restauración del único anda que sobrevivió.

El Papa Francisco fue consciente -el pasado mes de diciembre- de la devastación del templo al recibir la escultura de un ángel en estado de adoración que estuvo durante décadas junto al sagrario y que apareció destrozado sin cabeza y sin alas tras las inundaciones. El otro ángel que completaba la pareja quedó totalmente irreconocible.
La Archidiócesis de Valencia entregó la figura al Pontífice, fallecido en abril, en memoria de los fallecidos, de las familias que lo habían perdido todo y de los voluntarios que ayudaron a los afectados a sacar el barro de sus casas.
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