El Pontífice recibió la escultura en la parte delantera del avión, tras saludar brevemente a los periodistas que viajan con él, junto con una carta del vicario episcopal del área afectada por la DANA, Jesús Corbí, en la que explica a Francisco que se lo entregan «en memoria de los que han muerto en esta inundación, en recuerdo de tantas familias que lo han pedido todo, en agradecimiento a todos los voluntarios que nos han ayudado».
Jesús Corbí envía estas palabras «en nombre de los sacerdotes que hemos llorado y estado embarrados, limpiando, animando y enterrando a seres queridos». Del mismo modo, mostró agradecimiento «por sus palabras, por su oración y su recuerdo en la audiencia, en el Ángelus, en la llamada telefónica al arzobispo, en la visita del cardenal Czerny, le hacemos llegar este ángel que ha estado durante décadas en gesto de adoración junto al sagrario de la parroquia de Picanya, la más dañada de toda la diócesis. Es signo de la oración el sufrimiento y el trabajo de nuestro pueblo que, caminando juntos, vamos a ser peregrinos de esperanza en esta dramática situación. Con afecto y gratitud imploramos su bendición» concluyó. Francisco, tras recibir la escultura, aseguró que leería con calma la carta que le entregaron.
La escultura representa un ángel en estado de adoración que se encontraba junto al sagrario y que apareció destrozado sin cabeza y sin alas tras las inundaciones que se cobraron más de 220 muertos y provocaron enormes daños. El otro ángel que completaba la pareja quedó totalmente irreconocible.
El Papa ha realizado numerosos llamamientos para que ese prestase ayuda a los afectados y mensajes de cercanía a todos los valencianos y especialmente a aquellos que perdieron seres queridos.
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