Un hombre secuestra al amante de su mujer y le fotografía desnudo para reírse de su pene

Según apunta el citado diario, el detenido habría amenazado de muerte en repetidas ocasiones a la víctima por teléfono, a quien finalmente emplazó para aclarar la situación en persona. Así las cosas, y tras acceder al encuentro, ambos se subieron en el mismo vehículo para trasladarse hasta una vivienda aislada en esta localidad alicantina.

Una vez allí, según el relato de los hechos, el detenido habría obligado a la víctima a que reconociera la veracidad todas los encuentros sexuales mientras le amenazaba con un hacha y le gritaba que no le mintiera porque era conocer de la infidelidad por escuchas telefónicas.

Consiguientemente, y siempre con el hacha como amenaza, le obligó a quitarse toda la ropa, mientras se burlaba de él diciéndole que tenía «el pene muy pequeño», que tenía sobrepeso y que no comprendía por qué su mujer estaba con él.

Además, y mientras la víctima lloraba presa del pánico, el hombre comenzó a realizarle todo tipo de fotografías vejatorias, algunas de ellas con el móvil de la víctima: «Ésta de recuerdo», le llegó a decir. No contento con ello, en un momento del encuentro en que se encontraba conmocionado, el presunto agresor sacó un fajo de billetes y le dijo «si no llegaras a venir, habría pagado todo esto para que te partieran las piernas».

Pocos días después, se puso en contacto de nuevo con el agredido para «desinstalarle el programa espía que le había puesto en el smartphone», produciendo un segundo encuentro en que repitió el modus operandi del primero, si bien con una actitud más violenta.

En él, le condujo a la misma casa de campo, manipuló el teléfono y le espetó: «¿quieres ver la pistola que tengo?, que acabo pronto contigo». Una vez más, le hizo quitarse la ropa y le fotografió simulando que le estaba practicando una felación.

Después de todo ello, la víctima siguió recibiendo llamadas amenazantes por parte del hombre, donde le decía que, si le volvía a ver por el pueblo, «le iba a dar cariño».

Finalmente, la víctima denunció las agresiones y el maltrato psicológico ante la Guardia Civil y personándose como acusación particular ante el Juzgado. Posteriormente el detenido se negó a declarar y el magistrado decretó libertad provisional con orden de alejamiento e investigar presuntos delitos de agresión sexual y amenazas.