«Sus archivos incluían bebés»: el bloguero pederasta que distribuía pornografía infantil mientras cumplía condena
El falso educador acepta una nueva pena de cinco años y nueve meses de cárcel tras descubrirse que seguía vendiendo fotos y archivos de niños desde el centro penitenciario de Picassent
Un pederasta zoofílico acepta cinco años y nueve meses de cárcel por distribuir pornografía infantil desde prisión
VALENCIA
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Iniciar sesión«Algunos de sus archivos incluían bebés y tenían un contenido especialmente vejatorio, como prácticas zoofílicas y urofílicas». La Guardia Civil, gracias a la alerta de un agente encubierto de la Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional de Estados Unidos (HSI), descubrió que el pederasta ... condenado Juan Rivera, más conocido como 'Juanri' y autor de un blog educativo, seguía acumulando y distribuyendo pornografía infantil desde prisión.
El educador aceptó este martes una nueva pena de cárcel de cinco años y nueve meses por comercializar con material pornográfico desde el centro penitenciario de Picassent, donde cumplía condena por delitos de abusos sexuales y corrupción de menores. De hecho, gozaba de un régimen de semilibertad de tercer grado hasta este mes de septiembre cuando iba a salir definitivamente de prisión. No obstante, su periplo entre rejas no le ha cambiado ni un ápice.
Desde una celda del Centro de Inserción Social de la cárcel de Picassent, donde pernoctaba, enviaba fotos y vídeos de menores de edad practicando sexo explícito o mostrando sus genitales. Allí, los investigadores de la Benemérita hallaron multitud de archivos, tanto en su móvil, como en un ordenador y en un disco duro. Según averiguó el agente infiltrado del HSI, comercializaba con ellos a través de Telegram entre diciembre de 2022 y enero de 2023 con precios a partir de 30 euros.
En un primer lugar, la Fiscalía pidió para el bloguero educativo nueve años de prisión por un delito de producción, venta, distribución, exhibición u ofrecimiento de pornografía infantil con contenido especialmente degradante o vejatorio, todo ello con la agravante de reincidencia. Finalmente, se llegó a un acuerdo de conformidad para rebajar la pena a cinco años y nueve meses, así como a libertad vigilada durante diez años cuando salga de la cárcel y la inhabilitación para ejercer cualquier tipo de profesión que suponga un contacto con menores en los siguientes veinte años.
Fue durante el pasado mes de marzo cuando la Guardia Civil detuvo de nuevo a Juanri, acusado de haber cometido presuntamente abusos sexuales a tres menores de edad. Así, se descubrió que seguía distribuyendo contenido pornográfico de niños y niñas, tiempo después de comenzar el tercer grado. Durante su condena, solicitó en dos ocasiones permisos penitenciarios en Picassent, ambos denegados, por lo que reclamó su traslado a la cárcel de Cuenca para conseguir la semilibertad con mayor facilidad.
Ganaba más de 8.000 euros por su canal de YouTube
Una vez allí, obtuvo el permiso penitenciario que le permitió trabajar en la empresa familiar y mudarse al pequeño pueblo conquense de Huerta del Marquesado, donde algunos de sus 150 vecinos lo consideraron persona non grata y prohibieron a sus hijos que se acercaran a la calle donde residía. Poco después, ya en tercer grado, solicitó su vuelta a Picassent donde estableció su base de operaciones para seguir comercializando con pornografía infantil.
Detenido en 2016 y condenado en 2018 a siete años de cárcel por pederastia, Juanri consiguió rebajar los 20 años que pedía inicialmente la Fiscalía tras plantear la posibilidad de que las pruebas se pudieran haber obtenido de manera ilícita a través de un hacker. Todos los archivos intervenidos por la Guardia Civil nacieron bajo la misma premisa: valerse como un experto educativo en YouTube y en su blog con el que llegó a ganar más de 8.000 euros al mes.
'El Blog de Juanri', quien se presentaba como un «joven estudiante de Magisterio», acumula decenas de miles de visitas y gozaba de una notable popularidad entre alumnos y profesores. Su contenido se centraba en charlas educativas en al menos 74 colegios y escuelas infantiles. Detrás de su cara amable se encontraba un oscuro propósito: acerarse a sus víctimas para grabar material de pornografía infantil. Para ello, realizaba el primer contacto por redes sociales e incluso ofrecía a las familias acciones publicitarias de manera altruista.
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