Por un año sin victimismo político

El mensaje de fin de año del Molt Honorable no fue nada nuevo . Todas las culpas de lo que pasa a los valencianos es del Gobierno central de Mariano Rajoy , que no digo que no tenga parte de culpa, como la dilatación ya en dos legislaturas de la reforma del sistema de financiación, pero es una constante en estos gobiernos progresistas que la palabra autocrítica nunca exista . Los malos gestores siempre son los otros…..En fin.

Los congresos en el PSPV se van cerrando con una sensación de no meter mucho lío porque están en el poder, pero hasta en Valencia ciudad va a haber bronca interna . Alicante también fue otra buena prueba de ello y el paseo de rosas que tenía previsto el Alcalde de Xàbia, Jose Chulvi , no fue tal.

Por su parte, los compañeros de Compromís ya van ellos mismos advirtiendo que el tema de la conformación de las listas también será una dura batalla entre el Bloc e Iniciativa , además de buscar qué papel juega la rama interna, no oficial, como es Gent de Compromís, o el de los propios Verds, que solo los usan para que salgan en la foto de las siglas en las citas electorales y después ya no les hacen ni caso hasta la siguiente contienda. Al final la política es cuestión de números, votos, escaños y porcentajes, y de cara a formar gobierno en 2019 eso es lo que más pesará por encima de programas y acuerdos y, si no, miremos a nuestros vecinos del norte, que son más que especialistas.

Ahora la guerra en les Corts es sobre cómo afrontar la bajada de la barrera electoral al 3% . Bien habrán realizado estudios de a qué partidos beneficiará y a cuáles perjudicará. Lo casi seguro es que con tal porcentaje de entrada a les Corts, Esquerra Unida volvería a tener representación. Todo indica que le quitaría bolsa de votos a Podemos, una constante que también se ve en diferentes autonomías.

En el centro derecha valenciano la problemática es la de ganar visibilidad . Ahora, Ciudadanos, con el excelente resultado en Cataluña, tiene que trabajar en buscar un liderazgo representativo en el conjunto de la Comunitat Valenciana que no existe a día de hoy. Toni Cantó es conocido, pero no ni por buen gestor, ni por su conocimiento de Alicante, Valencia y Castellón. Por su parte el partido de Isabel Bonig debe de liberarse de la “cabotà” constante a Génova y luchar por una autonomía plena como partido y ganar un discurso propio y sin complejos que a día de hoy no lo tiene.