Puigdemont avala el amago de escisión entre Junts y el PDECat que impulsan los presos de Lledoners

Según ha avanzado este viernes el diario «Ara», Rull, Turull y Forn han elaborado una propuesta que han elevado a la dirección del PDECat, que hoy ha reunido su cúpula para analizar los avances registrados en las conversaciones para unificar las tres marcas del espacio neoconvergente de cara a las próximas elecciones catalanas. Este paso impulsado desde Lledoners supone un órdago al buró del partido, favorable a seguir negociando y obtener un acuerdo de 50-50 entre el PDECat y La Crida -proyecto personal de Puigdemont- bajo la marca Junts per Catalunya . No en vano, estas siglas ya han sido probadas en las últimas elecciones catalanas, municipales, estatales y europeas y agrupan a cientos de concejales, diputados, diputados provinciales y senadores.

Según la propuesta de Turull, Rull y Forn se debería organizar una «asamblea constituyente» de Junts per Catalunya para impulsar su consolidación como partido independiente, y no como marca electoral. Esta asamblea debería reunir también todos los cargos electos de Junts, así como al expresidente Puigdemont y a todos los seguidores del «mandato del 1-O» aunque sean miembros de otras organizaciones o partidos. En esta asamblea, según los presos, debería formarse una presidencia y una dirección nacional -ya independiente del PDECat- y prepararse para cualquier cita electoral.

Según los presos, todos ellos provenientes de la antigua CDC, pasados seis meses desde la creación de Junts per Catalunya (en forma de partido), el Consejo Nacional del PDECat debería debatir y decidir la conveniencia de «mantener o disolver» su organización. A la práctica, la propuesta de Turull, Rull y Forn supone que se genere un nuevo partido en paralelo, y una vez este esté consolidado y, posiblemente, con representación en el Parlament, sea el PDECat el que decida si se añade o no, pero en una posición de mayor de debilidad que en la actual, ya que el partido de heredero de CDC es el dueño de la marcha electoral de Junts, así como de sus espacios electorales y ayudas públicas.

La propuesta de Turull, Rull y Forn ha recibido el (previsible) aplauso de Carles Puigdemont, receloso desde hace tiempo de la estrategia y el tono del PDECat, menos dado a la retórica unilateralista que se articula desde Waterloo. No en vano, el partido heredero de CDC es contrario a seguir alimentando los desmanes de los sectores más radicales del independentismo, como el Consell per la República, los autodenominados CDR o la Assemblea Nacional Catalana y apuesta por una línea más «moderada». «Lo que han propuesto (los presos) merece un aplauso, por su responsabilidad y empatía en un momento decisivo para nuestro espacio político», ha señalado Puigdemont en un mensaje en su cuenta de Twitter.

Por su parte, la dirección del PDECat ha rechazado la propuesta de Turull y compañía. «Tenemos que hacer el esfuerzos para encontrar encajes, insistimos. Si alguien nos quiere colgar el muerto de la ruptura se equivoca, los que tenemos un interés de que esto funcione somos la gente del PDECat, pero hacerlo sin exclusiones. Nuestras propuestas son de suma de proyectos», ha defendido el portavoz del partido, Marc Solsona . Casualidad, o no, este fin de semana también se constituirá otra formación «heredera» de la antigua CiU; el Partido Nacionalista Catalán (PNC), impulsada por Marta Pascal, exlíder del PDECat , que apelará al discurso anti-unilateral que, en estos momentos, marca las discrepancias entre Puigdemont, los presos y el PDECat.