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Romeo y Julieta en la Guerra Civil

El Liceu estrena un montaje ambientado en la Guerra de Secesión americana

Una escena del montaje que puede verse en el Liceu KEN HOWARD

PABLO MELÉNDEZ-HADDAD

Según el director de escena Stephen Lawless, responsable del «Roméo et Juliette» de Gounod que el Liceu recupera a partir del martes (el día de los enamorados), ambientar esta ópera tal y como Shakespeare concibiera la obra teatral en la que se inspira, es decir, en la Verona renacentista, «es casi ridículo». Su particular punto de vista se traduce en un montaje que traslada a los trágicos amantes veroneses a la guerra civil estadounidense, con un mausoleo lleno de cadáveres como espacio escénico y en una ambientación decimonónica que se hace evidente en el romántico vestuario. El «regista» argumenta su propuesta porque la música de Gounod está lejos del espíritu renacentista. «A pesar de que en la producción nos acercamos más a Shakespeare que a Gounod, no me convencía ambientar la ópera en la época original porque la música del compositor obedece a las pautas del siglo XIX».

De esta manera llega al Gran Teatre una versión innovadora de esta obra maestra del género francés, de la que se ofrecerán un total de ocho funciones que estarán en cartelera entre el 14 de febrero y el 4 de marzo, con Josep Pons a cargo de la vertiente musical y con un reparto de estrellas internacionales encabezado por la soprano tártara Aida Garifullina y el tenor albanés Saimir Pirgu, ambos jóvenes y talentosos, una muestra de lo mejor de la lírica de hoy. Y si él ya es conocido por el público del Liceu, ella debuta en la ciudad. De una belleza arrebatadora y poseedora de un talento deslumbrante, la cantante saltó a la fama al interpretar a Lily Pons en la película «Florence Foster Jenkins» (2016), que protagoniza Meryl Streep. «Tengo un gran recuerdo de esa experiencia. Trabajar junto a una actriz tan grande como ella fue un regalo», afirma la soprano, que reconoció encontrarse, junto al tenor que la acompaña, «en la mejor edad para interpretar a Julieta y Romeo».

Es la segunda vez que Pirgu y Garifullina trabajan juntos en un escenario; lo habían hecho en Viena, en «L’elisir d’amore», de Donizetti. «Nuestras voces combinan bien y esta ópera, mucho más exigente de la que cantamos antes, nos permite mostrar el desarrollo de nuestras voces», indicó el tenor.

Para Josep Pons, esta obra de Gounod es un buen ejemplo de que «Francia intentó probar su propia voz en un momento histórico en que todo tendía a ser italianizante o que miraba a lo alemán». Según el maestro, «Gounod se inspira sobre todo en el impulsor del movimiento lírico francés, Hector Berlioz, y creo que nuestro trabajo es dejar claro lo particular que propone la ópera francesa, que aporta un sistema armónico propio y, sobre todo, una manera de interpretar diferente, más elegante, con pequeños matices que obligan a las voces a cantar con esa misma delicadeza».

Junto a Pirgu y a Garifullina -que se alternará con la soprano rusa Katerina Tretyakova en varias funciones-, completan el reparto, entre otros, David Alegret, Stefano Palatchi, Gabriel Bermúdez, Rubén Amoretti, Nicola Ulivieri, Tara Erraught, Beñat Egiarte e Isaac Galan, junto al Coro y a la Simfònica del Liceu.

La obra de Gounod, que hace 32 años que no subía al escenario liceísta, también podrá seguirse en directo en más de 370 salas de cines de todo el mundo en la función del 27 de febrero. Además se está realizando un montaje con cámaras que graban en 360º para colgarlo en internet, en el cual el espectador puede decidir el punto de vista que prefiere para seguir el espectáculo, incluyendo puntos dentro del propio escenario.

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