entrevista / xavier trias, candidato de ciu a la alcaldía

«Ganaremos si no nos agobiamos por lo que hacen los demás»

El jefe de filas de CiU en Barcelona se muestra indiferente ante el proceso de primarias en el PSC, convencido de lo imparable del cambio

INÉS BAUCELLS

ÀLEX GUBERN

—Montserrat Tura es mejor candidato que Jordi Hereu, o al menos eso dicen las encuestas. ¿Las primarias del PSC cambian el escenario de las locales de mayo?

—Mire, se habla mucho, pero entiendo que el problema no es de nombres, sino de marca. ... Lo que está tocado es el PSC, que está en una situación desastrosa, y el hecho de celebrar primarias lo demuestra. Un partido serio no hace unas primarias contra su alcalde, que además es el presidente de la Federación de Barcelona del PSC. Esto sólo sucede cuando un partido sufre una crisis estructural.

—Es innegable que el proceso ha generado una efervescencia en el PSC.

—Hay quien dice que las primarias del PSC me han hecho perder presencia como candidato. Pues sí, es obvio, pero también le digo una cosa, esta presencia no la compro. Si a mí me dicen que me van a montar unas primarias para ganar notoriedad y presencia, pues oiga, yo no lo aceptaría.

—Al menos a Tura hay que reconocerle cierto arrojo.

—Actuar en contra del alcalde desde el mismo partido es complicado, si el partido no te da un apoyo completo aún se complica más, y si encima haces bandera de que no eres de Barcelona y que no quieres vivir aquí, pues ya ni le explico. Tura, incluso, no ha negado que la candidatura a la alcaldía puede ser el vehículo para aspirar a otras cosas. Se ve todo tan instrumentalizado que la gente al final se cansa, se agota ante un partido, el PSC, que cree que la ciudad es suya y que pueden hacer lo que les dé la gana.

—¿Se cree a Tura cuando dice se quedará a hacer oposición municipal si pierde ante usted?

—De Tura me lo creo todo, más cuando ha dicho que no tiene por qué renunciar a nada. Está en su derecho, pero a lo que aspira Tura en realidad es a tener un liderazgo en el PSC, y juega la baza de las municipales a fondo. Está en su derecho, pero para Barcelona esto es un lío. Es triste ver cómo se utiliza de manera instrumental la ciudad para medir fuerzas dentro del partido.

—La encuesta que publicó «La Vanguardia» da a Tura un muy buen resultado.

—Las encuestas lo que constatan son tendencias. El 80% de la gente dice que se tiene que producir un cambio del partido que gobierna en Barcelona y un 64% dice que el cambio es Trias. En cambio, no deja de sorprenderme que nos den 19 concejales a nosotros y 10 al PSC si se presenta Tura, y 16 a 15 si se presenta Tura. Que ellos puedan subir algún concejal si Tura concurre me lo creo, pero si dicen también que nosotros bajaremos tres por ello la verdad es que no lo veo nada claro. En resumen, lo que sí confirman las encuestas de manera global es que ganamos en Barcelona.

—¿El cambio es pues imparable?

—Es imparable sino hacemos tonterías y seguimos trabajando, si no nos agobiamos por lo que hacen los demás. Ese sería nuestro problema

—Usted dice no estar preocupado por la irrupción de Tura, pero ¿ha detectado inquietud en las bases de CiU?

—Lo que noto es que voy por la calle, y cuando antes me daban ánimos y palmadas en la espalda, pero casi en un tono condescendiente, ahora el tono es de exigencia: «Cómo no ganes esta vez...». Es un cambio que noto sobretodo entre personas que no nos ha votado nunca, y que ahora dicen que sí.

—Se entiende que la victoria de Mas es un impulso para usted.

—Sin duda. Lo peor para nosotros hubiese sido perder, o lo que hemos hecho otras veces, ganar y no poder gobernar, lo que genera una gran desazón. La situación es ahora distinta: ahora en los actos me presenta el presidente, o el conseller... la marca se ha revalorizado, no tenemos problemas, CiU va más unida que nunca...

—El primer mes de gobierno ha sido de cierta euforia... Pero ahora parece que asistimos a cierto aterrizaje: recorte de las pensiones, plan de ajuste del Govern... El momento no es el mejor.

—No es que no sea el mejor, es que es desastroso. Es difícil dejar el Govern en una situación tan penosa como la ha dejado esta gente. Pero en la vida llorar no sirve de nada. Tengo muy claro que a mí lo que me va bien es que Mas toma decisiones, por muy duras que sean. Ser serio, tener liderazgo, gobernar, esto es lo que hace que la gente te vote.

—¿Usted no ha pedido una tregua en los recortes para Barcelona para no perjudicar su campaña?

—Mire, se pudo ver en un reportaje de TV3, donde salía Mas a los pocos minutos de ganar las elecciones diciéndome que había que ir con cuidado para que los recortes no perjudicasen mi carrera. Y mi respuesta fue clara: hay que hacer lo que hay que hacer, la responsabilidad es lo primero. Tenemos suerte de tener un presidente con las ideas muy claras, muy auto exigente, incluso exageradamente auto exigente. Mas no engaña. Explicará la verdad por dura que sea.

—El Ayuntamiento ya entona de nuevo la canción de la CiU insolidario con Barcelona con motivo del recorte en la dotación de Mossos.

—Lo gracioso de todo esto es que el Ayuntamiento, que en 1991 tenía 3.500 guardias urbanos, y ahora tiene 2.700, de los cuales sólo 1.600 en la calle, ahora, justo ahora, proteste por un despliegue de Mossos que en los últimos años se ha hecho sin contar con las necesidades de la ciudad. Es un caso flagrante de hipocresía. Hay que exigir el número de agentes que necesita Barcelona, mande quien mande; también se pueden hacer más cosas, como mejorar la coordinación entre los cuerpos.

—Lo que sí ha cambiado es el discurso, la actitud de los mossos.

—Es fundamental. Puedes mostrarte simpático hacia ciertos colectivos, o ser muy claro, poner orden en la ciudad. Eso no significa ser autoritario o agresivo, sino hacer cumplir las normas. Felip Puig, en la primera actuación importante, y espero que se mantenga, lo ha demostrado. La mentalidad de liderazgo, querer actuar de un determinado modo es fundamental.

—Lo explica en contraste con el alcalde.

—Sí, es la crítica que le hago a Hereu: él preside la Junta de seguridad local, debe tener un protagonismo. Esto exige una lealtad extrema entre Generalitat y Ayuntamiento, pero el alcalde tiene que ejercer el liderazgo.

]—El peso de la la figura institucional del alcalde pierde fuerza.

—No sólo la figura del alcalde, es el Ayuntamiento en conjunto. Por varias razones: han querido gobernar en solitario, y con sus socios, además, tampoco gobiernan de forma colegiada.

—¿Ha hablado con el conseller Recoder? ¿Habrá recortes en obra pública en Barcelona?

—He hablado con él, y es cierto que tienen una situación financiera imposible, pero también es verdad que se puedan buscar soluciones imaginativas. Hay que hacer recortes, nos toca, pero también tenemos que exigir lo que nos pertenece. Cuando llegas en AVE a Madrid a la estación de Atocha te encuentras con una ampliación que echa de espaldas, y aquí en Sants no sabemos cuando va a comenzar la ampliación. Es un escándalo, y no veo que el alcalde levante la voz.

—Cómo está la elaboración de la lista. ¿Aún teme que le pesquen a alguien para el Govern?

—Siempre hay ese temor, pero tengo que decir también que a una persona del grupo le han ofrecido un importante cargo y lo ha rechazado, porque quiere colaborar en que Trias gane las elecciones. Es emocionante. La lista está hecha, el equipo actual, y sin problemas con Unió.

—¿Qué hay que hacer en la Diagonal?

—Ya lo dije, y está muy claro, ganó la opción C, que era el rechazo a la A y a la B. Es decir, no haremos pasar el tranvía, pero sí creo que la Diagonal se puede mejorar. Hay poco dinero y habrá que hacerlo de manera inteligente, pero creo que se puede hacer una prueba entre Francesc Macià y Passeig de Gracia: ampliar aceras, segregar el carril bici de los peatones... Si se hace bien puede ser un éxito.

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