El mayor experto en Las Médulas, indignado tras el incendio: «Esto no puede pasar en 2025»

«Las Médulas en los últimos días en los que he estado parecía una selva. Había un exceso de vegetación y es que ya no hay ganadería y tampoco la gente va al monte a por leña. Esas cosas se deberían cuidar y potenciar incluso mediante subvenciones», ha continuado, lamentando que no se hagan iniciativas de este tipo en un paraje como Las Médulas, «más justificable todavía».

Recuerda que más allá de hacer «bonito», la función de la vegetación del entorno de este rico yacimiento milenario es «proteger», de ahí, recuerda que «desde el primer momento en todos los estudios que hemos hecho lo que hemos insistido es que se debía mantener el uso tradicional del suelo, que implica hacer posible utilizar la ganadería como se utilizaba antes, ya que es uno de los mejores agentes para despejar el suelo».

El arqueólogo e investigador del CISC denuncia que «el daño que se ha producido es enorme» y espera que «de una vez por todas se aprendan y los responsables administrativos sepan poner en marcha un plan mínimamente integral y sobre todo dotar de medios técnicos y humanos Las Médulas», ya que ha recordado que un centro como el aula arqueológica lleva más de dos años cerrada por falta de gente«. «No hay gente fija que ayude a mantenerlo porque a ella le interesa».

En este sentido ha cargado contra los responsables de las instituciones porque «hay mucha gente que considera que hay que privatizarlo todo y que no hacen falta más funcionarios y se están equivocando de cabo a rabo». «Las Médulas no es un producto que haya que vender, es un recurso que hay que manejar despacito y con cuidado, de forma muy adecuada, sostenible, para que sea duradero y que pueda ser utilizado por la comunidad que lo habita y la comunidad que lo visita; por las dos», ha insistido enojado.

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El experto ha vaticinado cuál será «el principal problema» de esa falta de vegetación como consecuencia del incendio: «Habrá un aumento de la erosión. Imagínense el problema si llega un otoño lluvioso».

Ha detallado también que las llamas han afectado a todos los canales que llegaban a Las Médulas (las conducciones de agua que servían para abastecer la explotación aurífera. «Estoy seguro de que no se ha salvado ninguno de los 39 depósitos de agua y de que también han ardido los 32 canales, y ahí además se puede producir un repunte de la erosión», sostiene. En este sentido, el arqueólogo ha criticado que se haya apostado por poner «al descubierto» todos los canales cuando no hay medios para protegerlos. «Si se tiene los medios para conservarlo y cuidarlo que se descubra, pero si no se tienen no lo hagan. No hace falta poner kilómetros al descubierto de canales ni mucho menos para ir en bicicleta. ¡Es que tiene narices la cosa!», ha añadido.

Aún así, el experto ha pedido a la gente afectada y del entorno que no se desanime: «No hay que perder la esperanza y hay que resucitar esto». Aunque «es algo que nos de vergüenza no debemos rendirnos ante ello. El progreso de la humanidad se ha construido a base de avances, pero a veces hay un pequeño retroceso», ha concluido el arqueólogo.