Luis Jaramillo: «Ninguna ciudad tiene una tarde de Jueves Santo como la de Valladolid»

¿Nervioso?

Estaré muy nervioso en el momento en el que me suba al atril. Por mucha procesión que tengas y que estés habituado a hablar a un micrófono, no es lo mismo que tener público delante, que impone muchísimo, y más si es el pregón de Semana Santa y la Catedral de Valladolid con toda su solemnidad.

Que un zamorano pregone en Valladolid tiene su aquel.

Es una demostración fehaciente de que Valladolid es una ciudad que sabe integrar a la gente. Es verdad que uno no renuncia nunca al lugar en el que nace, pero yo me considero un vallisoletano más aunque, sinceramente, no creo que haya rivalidad real entre las dos pasiones. Una no es mejor que otra sino que cada una es en su lugar y en sus circunstancias. Valladolid tiene mucho que decir porque tiene unas singularidades que la hacen única y excepcional y porque es la capital de la Comunidad y es el escaparate de la Semana Santa de una tierra que es Castilla y León que tiene muchas formas y muy interesantes de celebrar la Pasión.

¿Y con cuál de las dos se queda?

Es muy complicado. Desde el punto de vista sentimental, la de Zamora es la que conozco desde niño, he fundado dos cofradías y dos procesiones...Pero me identifico con lo que presencio en un momento determinado. Yo decidí hace muchos años romper con ese estereotipo de que el cofrade no se mueve de su plaza para conocer otras de España.

¿Qué va a transmitir en el pregón?

La Semana Santa que conozco, la que vivo. Voy a intentar hacer lo que sé hacer, que es contar lo que he visto, hacer una crónica sentimental y realista de lo que vive Valladolid en la calle durante diez días, que es algo maravilloso.

Su momento, ese que recomienda siempre a sus amigos o turistas.-Me gustan las procesiones intimistas, las más pequeñas. Para recoger arte y sentimiento recomendaría el Jueves Santo. Lo que pasa aquí no pasa en ningún sitio, ni en Sevilla. En ninguna ciudad de España hay catorce procesiones en la calle en una tarde. El momento, el encuentro del Nazareno con la Vera Cruz en la calle Platerías, el Miércoles Santo.

Destaque una imagen, una procesión y una marcha.

Una imagen, el Cristo de la Luz, de Gregorio Fernández; una procesión, el regreso del Yacente al Convento de Santa Ana el Sábado Santo, y una marcha, para mí, la de Thalberg.

Noticia Relacionada

El concierto solidario 'El Sonido de la Pasión' llena el Teatro Carrión

ABC

Organizado de forma conjunta por la Fundación de Castilla y León y las Cortes, dedicará toda la recaudación a Cáritas

¿Qué función tiene la música?

Debería tener más importancia. En Valladolid, por la forma de poner las procesiones en la calle y la creciente incorporación de jóvenes que llevan los pasos a hombros, la música procesional debería tener más protagonismo. Abogaría por que haya más bandas de música sobre las de cornetas y tambores, que también están bien, pero la procesional con mayúsculas es la que hacen las bandas.

¿Qué sobra y qué falta?

Falta un poco de música y sobra olvidarse de los aires del sur. Creo que a veces miramos demasiado a Andalucía y eso nos hace perder identidad. En la música procesional se nota mucho. Yo me fijo más en la dulzaina que en las bandas de cornetas y tambores porque la dulzaina es más nuestra. Algunas pendonetas o cuando se trae una virgen andaluza... Esas cosas nos hacen perder valor. En Andalucía todas las vírgenes son iguales. En Valladolid, no tiene nada que ver la de las Angustias, con la Vera Cruz o La Piedad.

¿Está en crisis la Semana Santa?

Rotundamente no, pero, si se empeñan en buscar más lo que separa a las cofradías que lo que une, corre un grave peligro y, si la seguimos intentando vivir como una semana o un mes al año, también la ponemos en peligro. A veces somos demasiado 'procesioneros' y poco 'semanasanteros' y la Semana Santa se puede vivir todo el año como hecho cultural, religioso y social.