buenos días, vietnam
Voy a pasármelo bien
Vista en la gran pantalla, Valladolid sale bella como una Venecia de secano con más iglesias y menos turistas
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Iniciar sesiónA cualquiera le sienta bien esta ciudad. Valladolid de fondo en una película, en una novela, en una canción. Valladolid es como una gabardina de paño bueno que no pasa de moda y vuelve a sorprendernos cuando llega el otoño otra vez. La ciudad le ... encaja bien a este último día de julio y a esas primeras tardes de diciembre en las que todo es rosa Valladolid. Le cae medida al siglo XV e incluso a las canciones de Hombres G, aunque ninguna se compusiera aquí. Lo sé porque, vista en la gran pantalla, Valladolid sale bella como una Venecia de secano con más iglesias y menos turistas.
Se lo expliqué varias veces a una novia que no la entendía: «Valladolid hay que saber mirarla». Hay que cogerla por rincones, por siglos, por esquinas, en un descuido. Esta ciudad se pasea enhebrada del brazo como un amor enamorado. Valladolid es Roma sin Sorrentino, sin nadie que le haya sacado partido todavía. Ninguno ha sabido escribirla, que es lo que sí tuvieron otras ciudades, menos antiguas, menos interesantes. Las capitales modernas -París, Madrid, Londres- las inventaron sobre todo sus escritores y pese a que Valladolid los tiene, no han sabido explicársela al mundo.
Hablo de Valladolid porque me he ido a verla desde Madrid al preestreno de 'Voy a pasármelo bien', la película de David Serrano. Un musical con el hilo conductor de las canciones de David Summers. La banda más grande que ha dado la música en España. Los Hombres G vertebran este país mejor que el AVE, hay tres generaciones vivas que han bailado y tarareado alguno de sus temas y una cuarta que aunque todavía no sabe hablar, lo hará también. Ellos, que llenan estadios en España, en Latinoamérica y en Estados Unidos, auguro que ahora van a añadir un nuevo hito a su carrera llenando las salas de cine este verano. Y todo porque esta comedia musical, escrita sin más pretensiones, es para volver al cine. Olvidarnos de mirar con ojos de crítico de El País -ahora que hemos profesionalizado hasta lo que no somos- y disfrutar una hora y media de una de esas cosas que de verdad merecen la pena: una historia de chico conoce a chica.
Aquella novia del colegio de la que todavía hoy nos acordamos. Aquella primera chica de la que no hemos vuelto a saber nada y que a veces creemos distinguir en un paso de cebra en Valladolid. Porque aquí uno sí se encuentra con sus ex, lo que no reaparece nunca es aquel amor primero de Primaria.
No le hacen falta a Valladolid Emma Stone y Ryan Gosling para que una película musical enganche y pegue fuerte. A Valladolid le sobra con Valladolid, los Hombres G y Rodrigo Gibaja, que se llevará el Goya a mejor actor revelación si a los Goya, a parte de la política, también les interesa el cine. Y si no, como diría su personaje en la película: «Señoras y señores en el culo tengo flores».
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