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El trabajo en el campo con rostro de mujer

Erika García, a sus 27 años, se ha convertido en ganadera y es un ejemplo del avance de la mujer en el mundo rural. Desde 2022 trabaja en la finca Dehesa de Los Llanos (Albacete), donde está rodeada de otras 24 mujeres y destaca la figura de la maestra quesera, Paqui Cruz, que elabora uno de los mejores quesos manchegos

Laura, la joven de Ciudad Real que rompe clichés esquilando ovejas en un oficio masculino

Erika García, joven ganadera de la finca albaceteña Dehesa de Los Llanos Imagen cedida
Mariano Cebrián

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Cerca de Albacete, rodeada de una cabaña ganadera de más de 5.000 ovejas de pura raza manchega que pastan en libertad a lo largo de una superficie de 10.000 hectáreas, es donde Erika García ha encontrado algo parecido a la felicidad. Esta joven de tan sólo 27 años trabaja como ganadera en la finca Dehesa de Los Llanos, famosa por hacer algunos de los mejores, sino los mejores, quesos manchegos artesanos, a tenor de los numerosos reconocimientos nacionales e internacionales de los mismos.

Un oficio que a Erika García, como se suele decir, de casta le viene al galgo. Su padre trabaja allí y, aunque hizo todo lo posible por quitarle la idea de la cabeza por lo dura que es la ganadería, no consiguió que su hija no siguiera sus pasos. Ella llegó a la finca en 2022, tras dejar su anterior trabajo en hostelería, para la campaña de recogida de las nueces, otro de los productos estrella de Dehesa de Los Llanos.

Lo que comenzó siendo un mes de cosecha se convirtió en algo más serio y ahora se ha convertido en todo un ejemplo del avance de la mujer en el mundo rural y en los trabajos del campo, ligados desde casi siempre al hombre. «Me ofrecieron un contrato fijo en ganadería, que acepté sin dudarlo. Gracias a mi trabajo aquí, el año pasado pude independizarme, a diferencia de conocidos de mi misma edad», afirma contenta Erika a ABC.

Además de su pasión por los animales y por el campo, lo que más valora es «la estabilidad económica y la seriedad de la empresa que cumple con todas las normativas, por ejemplo, las referentes a las horas extras. Así que me pareció una mejora con respecto al sector del que yo venía, que es la hostelería».

Esta joven ganadera trabaja a doble turno -unas semanas de mañana y otras de tarde-: si es de mañana su jornada comienza a las seis de la madrugada y termina a las tres de la tarde y, si es de tardes, desde las tres hasta la medianoche. El trabajo, apunta, se divide principalmente entre el ordeño y la limpieza de las instalaciones antes de acabar el turno.

«El ordeño es un proceso mecanizado, a todas las ovejas se les ordeña dos veces al día -explica- y, aunque están habituadas y normalmente es rápido, a las ovejas más jóvenes aún les extraña el proceso y hay que colocarlas bien y tranquilizarlas para que se queden quietas y poder ponerles las pezoneras».

«La sensibilidad de las mujeres en tareas como la extracción de leche es fundamental para conseguir la mejora del bienestar animal y su rendimiento productivo. En la finca es imprescindible, pues es la materia prima más importante para realizar su producto estrella: el queso manchego», subraya Erika, que espera en un futuro poder asistir a partos y estar en los primeros cuidados de los corderos, algo que hacen sus compañeros más experimentados.

Sin embargo, no todo es de color de rosas, ya que Erika reconoce, como le decía su padre, que la ganadería es muy dura. «Al principio el trabajo me resultó duro, porque manejar a las ovejas en el ordeño es un trabajo muy físico y se debe emplear mucha fuerza hasta que se habitúan a ello».

En cualquier caso y, pese a que el mundo actual tiende cada vez más a la mecanización e informatización de las tareas, la joven ganadera cree que «en ganadería y agricultura siempre hará falta la mano y el ojo experto de una personal profesional que tome las decisiones y el manejo de los animales». «¡Vamos, que yo no veo que una máquina pueda sustituir nuestro trabajo!», dice de manera rotunda.

La presencia femenina en Dehesa de Los Llanos

Erika no es la única mujer en Dehesa de Los Llanos, ya que en la finca trabajan en total 25 mujeres. Un tercio de la plantilla de ganadería está representado por ellas y en administración la figura femenina supone el 50% de los empleados. En quesería destaca la figura de Paqui Cruz, la maestra quesera, dirigiendo el área técnica de elaboración del queso.

Además de Erika y Paqui, Dehesa de los Llanos cuenta con otras figuras imprescindibles como Rosa Reyes, responsable de la administración en ganadería; Laura Martínez, enóloga; Almudena Castro, encargada de los procesos de fertilización y controles fitosanitarios; María Paz Moreno, responsable de sus tiendas, tanto en la finca como online; o Inmaculada Milla, Constan Ibáñez y Ana Granell, modelos de tenacidad e implicación en todos los trabajos relacionados con atención al cliente, comercial y coordinación logística.

En definitiva, tal y como aseguran desde la empresa, «la presencia de las mujeres en Dehesa de Los Llanos ayuda a visibilizar y dar fuerza a su éxito en el sector rural». Algo que acredita Erika García, que aconseja a jóvenes como ella a animarse por este sector: «El campo es duro, pero es bonito el contacto con la naturaleza, y que no tengan problemas porque tiene futuro y hay muchas oportunidades».

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