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Constantino Molina - OPINIÓN

Mi poesía y el chasco. Don Benito y la ficción

«Vaya chasco se lleva la gente cuando lee mis libros...claro, en mi poesía no hay bares..., solo hay verdad»

POR CONSTANTINO MOLINA

Hay que ver qué cosas. Vaya chasco se lleva la gente cuando lee mis libros . Me refiero a gente que llega a mí a través de redes sociales; bueno, de Facebook , el resto de redes las desconozco. Con Facebook ya tengo bastante. Se piensan que soy graciosísimo y esperan de mi poesía una nómina de ocurrencias creativas, que es lo que viene siendo mi muro de Facebook. Pero claro, en mi poesía no hay bares , no hay fotos curiosas y no hay anécdotas de mi vida en una ciudad como Madrid. En mi poesía sólo hay verdad.

Y es que la poesía para mí es eso : un exilio a la verdad. Uno se pone a escribir o a leer poesía y se escapa a la verdad un rato. La roza, la palpa, se enrolla con ella y luego se vuelve a la ficción. Porque todo lo que no es poesía es ficción. La vida cotidiana es ficción . Todo ficción. Las calles, el trabajo, la política, los loritos verdes del Retiro y el Rey de España son todo ficción. Uno abre la puerta de su casa y ahí está: entrando en la ficción.

La poesía, la auténtica, es sólo verdad. Y lo malo de la verdad es que pesa mucho y cansa . Hay que tomarla poco a poco. Lo bueno es que nunca se desgasta. La verdad es como la nada, ahora mismo existe la nada, y cuando todo reviente ahí estará: para siempre la nada. Con la poesía pasa lo mismo.

La poesía es arte, y si todo el arte reventara mañana, sólo podríamos recordar en su integridad la poesía. Poemas que viven en la cabeza de la gente. Del resto (pinturas, esculturas, fotografías, películas, novelas, etc) sólo quedarían testimonios, pero nada íntegro. Un poema puede vivir íntegro en la memoria de alguien . La verdad es breve, pesa y no se desgasta.

Pero como decía, la verdad cansa . Uno no puede estar todo el día en la verdad. Lo recomendable es una hora o dos al día, como mucho. Y también pasar largas temporadas sin nada de verdad. Nada de poesía. Hay que disfrutar de la ficción. A mí me encanta la ficción. La vida en su mayor porcentaje es sólo es eso: ficción. Y a mí me encanta la vida . Los poetas auténticos saben esto. Saben que la poesía pesa y que uno no puede estar todo el día con la poesía en la boca. Los poetas aficionados siempre tienen la poesía en la boca porque no les pesa, no conocen su verdad. Claudio Rodríguez sólo escribió cinco libros en toda su vida y se bebió cinco mil litros de vino. Sin duda alguna fue un poeta de verdad.

Yo no bebo tanto vino como Claudio, pero también disfruto mucho de la ficción. Me voy a tomar cañas, salgo a correr, escribo artículos, busco cosas en wallapop y también voy casi todas las tardes a la calle Jorge Juan 5. Allí toco al timbre del Club Matador y el seguridad de la puerta me dice que no insista, que ese día tampoco entro. Últimamente también he tomado la costumbre de irme a leer ficción frente a la estatua de piedra de Benito Pérez Galdós , en el Retiro. Allí sólo leo ficción, porque la poesía la leo en la íntima verdad de mi casa. Y para mí sólo existen dos géneros: la poesía y la ficción . El ensayo, la novela, los diarios, la filosofía y las biografías, sobre todo las biografías, para mí pertenecen al único género de la ficción. Allí, en el Retiro, estoy tranquilo, leo ficción y genero vitamina D que es buenísima para soportar altas dosis de verdad.

Ayer domingo, hoy que escribo esto es lunes, los niños no me dejaban leer tranquilo. Subidos a la estatua de Don Benito , lo amenazaban con puñetazos y con amputaciones. También lo apedrearon. Eran tres niños salvajes y cargados de verdad . Como todos los niños, porque lo niños son la cumbre de la verdad y son muy pesados debido a ello. La verdad pesa. Y Don Benito es la cumbre de la ficción. Es el escritor español de ficción por antonomasia. Escribió una serie de ficción titulada los «Episodios nacionales» que ya nadie lee porque, como he dicho antes, la ficción se desgasta pronto y la verdad no se desgasta nunca. Y esa serie de ficción ya se desgastó hace medio siglo. Por eso lo apedreaban, creo.

En fin, que mi poesía habla de la vida . Y a nadie puede defraudarle la vida. A la vida hay que amarla y hay que disfrutar sus dos partes para amarla por completo: la de la soledad de acompañados que es la poesía y la verdad; y la de todo lo demás que es la ficción, la maravillosa ficción. Eso es todo.

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