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Enrique Sánchez Lubián - Esbozos para una crónica negra de antaño (VIII)

Ahogado en el Tajo navegando de Guadalajara a Talavera

En la primavera de 1910 el teniente Larrea, que realizaba una excursión por el río con otros dos compañeros, falleció ahogado; su cuerpo fue encontrado dos semanas despúes del accidente en el Baño de la Cava

El teniente Larrea, en el centro de la foto de la izquierda, construyendo la barca en la que luego perdió la vida, (Fotografía, «Flores y Abejas»). A la derecha, el cadte Genaro Olivié, quien salvó la vida al bajarse momentos antes de la embarcación

ENRIQUE SÁNCHEZ LUBIÁN

En su convivencia secular con el río Tajo, los toledanos han disfrutado del mismo como lugar de recreo, diversión y esparcimiento, fuente de riego para sus huertas y campos de labor, fuerza motriz para norias o turbinas eléctricas, criadero de numerosas especies de peces y ... renombradas anguilas, barrera defensiva o motivo de inspiración para escritores, fotógrafos y pintores. También han aprendido que es un espacio peligroso, donde centenares de personas han perdido la vida en dramáticos ahogamientos o voluntarios suicidios. Una de esas desgracias, acaecida en la primavera de 1910, tuvo gran repercusión nacional y nos dejó impactantes imágenes que hoy recuperamos en estos esbozos.

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