Igor el Ruso acribilló por la espalda a sus tres víctimas y las remató cruelmente, según las acusaciones

Durante esta primera sesión, Fiscalía y acusaciones expusieron el espeluznante relato de los hechos, a partir de lo recogido en la investigación, en los informes periciales e incluso en las declaraciones realizadas previamente por el propio acusado . Así, según han coincidido en destacar, Igor el Ruso disparó a sus víctimas por la espalda, llegó a tirotearlos simultáneamente con dos pistolas, una en cada mano, los remató cuando estaban en el suelo, prolongó su agonía con disparos en zonas no vitales, y desvalijó a los guardias civiles mientras se desangraban . Según él mismo reconoció tras ser detenido, los abandonó cuando agonizaban.

«Cuando yacían malheridos en el suelo, se acercó y los remató», destacó la fiscal, Carmen Continente. Los agentes «se vieron sorprendidos, atacados por la espalda, sin poder ver de dónde procedían los disparos», explicó la fiscal. «Ni uno solo de los disparos que efectuaron los agentes rozó tan siquiera al acusado, porque disparaban a ciegas», remarcó Continente.

Previamente había acabado con la vida del ganadero José Luis Iranzo . Había acudido a la granja a recoger a su padre. Cuando abrió la puerta, Feher le disparó al corazón . El ganadero se dio la vuelta e un intento desesperado por abandonar el lugar, mortalmente herido. Solo pudo dar unos pasos. Feher se acercó y le tiroteó para rematarlo .

El padre de José Luis Iranzo se escondió y llamó a la Guardia Civil. Cuando llegaron los agentes, Igor el Ruso abrió fuego contra ellos por la espalda. Les esperaba, oculto en la oscuridad y protegido para que no pudieran alcanzarles los disparos de los guardias civiles.

El criminal serbio había asaltado la granja para robar. Llevaba días oculto en la zona de masías de esta zona de la provincia de Teruel, en la que se había escondido tras fugarse meses antes de Italia, donde había cometido otros dos asesinatos. Antes del triple crimen de Andorra, había dejado malheridos a dos lugareños de Albalate del Arzobispo, hechos por los que hace un año fue condenado a 21 años de cárcel y a otros 8 por robos con fuerza.

En la granja de José Luis Iranzo, Igor el Ruso acribilló a sus víctimas sin darles opción de defenderse. Tras haber asesinado al ganadero, tiroteó también por la espalda a los dos guardias civiles cuando se bajaron del coche. Estaba oculto en la oscuridad y se aseguró de que los agentes no podían verle .

Según el relato en el que han incidido los abogados de las acusaciones, Norbert Feher les disparó 17 veces, varias de ellas apuntando a las pistolas de los agentes para inutilizarlas. Al apreciar que llevaban chalecos antibalas, les disparó a dos manos contra las ingles y las extremidades , para que murieran desangrados. Los agentes repelieron los disparos, pero sin opción alguna a ver a su atacante. Feher siguió disparándoles. Tres de cada cuatro disparos alcanzaron a los agentes.

Al verlos abatidos e indefensos, pero aún con vida, se acercó hasta ellos para tirotearles de nuevo a corta distancia. Uno de los agentes recibió el último disparo en el cuello cuando yacía sentado junto al coche patrulla. Su compañero fue rematado con disparos en las piernas.

Según los abogados de las familias de los agentes, esa forma de actuar demuestra que Igor el Ruso actuó con ensañamiento, porque sus últimos disparos no fueron para garantizarse la inmediata muerte de sus víctimas sino para prolongar el dolor una vez que estaban mortalmente heridos.

«Actuó con ensañamiento, para aumentar el dolor de una manera deliberada e inhumana» , destacó uno de los abogados que representan a las familias de los guardias civiles asesinados.

Mientras los agentes agonizaban, Igor el Ruso robó sus armas, sus cargadores, se llevó sus carteras y teléfonos móviles, con lo que se garantizaba que no podían pedir ayuda. Tras asegurarse que los agentes estaban mortalmente heridos, Feher «les quita sus carteras, sus efectos, les vacía el coche y se va, y todo esto se hace en menos de cuatro minutos, con una frialdad y preparación absolutas», destacó uno de los abogados de las acusaciones durante esta primera sesión del juicio.

Tras ello, Igor el Ruso cogió un coche del ganadero al que había asesinado y salió huyendo del lugar. Horas después fue detenido, tras salirse de la carretera.

Fiscalía y acusaciones coinciden en que Feher cometió en la granja de José Luis Iranzo tres asesinatos con alevosía, dos de ellos en concurrencia con el delito de atentado a agentes de la autoridad, además de tres de robo con fuerza, uno de pertenencia a organización criminal y otro de tenencia ilícita de armas.

La condena de prisión permanente revisable es solicitada tanto la Fiscalía como las acusaciones particulares -familias de los asesinados- y las acusaciones populares que ejercen la Asociación Unificada de la Guardia Civil (AUGC) y el sindicato agrario UAGA, al que pertenecía el ganadero José Luis Iranzo.

El abogado defensor de Feher, por su parte, trata de rebajar la condena alegando que su cliente actuó afectado por una supuesta neurosis de guerra que sostiene que padece el criminal serbio . Fiscalía y acusaciones, sin embargo, destacan los informes de especialistas que apuntan a que Feher distingue perfectamente entre el bien y el mal, y que era plenamente consciente de sus actos.

Según explicó durante el juicio el abogado defensor de Igor el Ruso, al alegar neurosis de guerra no quiere decir que su cliente padezca un trastorno psicológico, «sino que percibe la realidad de forma distinta a como la percibimos cualquiera de nosotros, por las vivencias que él ha tenido». El abogado defensor ha indicado que, «por la vida solitairia y las viviendas personales que ha tenido desde la infancia», para Norbert Feher «in estímulo que para cualquiera de nosotros puede ser banal, él lo asume como un riesgo a su vida».

El abogado de Igor el Ruso ha destacado que, sin conocer la sentencia concreta que se le imponga en este juicio, «Norbert Feher solo le esperan las rejas de una prisión, aquí en Italia o en España», por las condenas acumuladas. «La vida del señor Feher ya está sentenciada», declaró su abogado ante el tribunal.