Sorpresa y frustración entre los ministros cesados en un fin de semana «emocionalmente difícil»
Muchos de ellos se enteraron el mismo sábado por la mañana, tras una llamada de Pedro Sánchez. Otros lo esperaban, alguno lo había pactado
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Iniciar sesión«Ha sido un fin de semana emocionalmente difícil» . Esta frase se ha repetido varias veces esta mañana en el patio Elcano del Palacio de Santa Cruz. Detrás de ella, sentimientos de impotencia y frustración por parte de un equipo, el de la ex ... ministra de Asuntos Exteriores, Arancha González Laya . Por difícil que resulte de creer, el sábado por la mañana nadie imaginaba que en la remodelación de Gobierno de Pedro Sánchez, que se había anunciado a primera hora, figuraría Laya como saliente de la cartera de Exteriores.
Incluso tras la crisis migratoria derivada a la operación Gali, con la consecuente salida de la embajadora de Marruecos de España, en la sede del Ministerio confiaban en que el Presidente seguiría apoyando a su ministra independiente . El sábado a mitad mañana descubrieron que no iba a ser así. De ahí la frustración de un equipo fiel a su ministra, motivado con los proyectos que quería impulsar pero que no pudo acometer debido a la pandemia. «No se puede olvidar que Laya llegó y la pandemia estalló dos meses después», excusaban. «Atrás queda el ruido mediático, algunos intencionados. Los errores solamente míos, los logros de todo este ministerio », decía poco después Laya en su despedida.
Llamadas inesperadas
La destitución no asombró solo a Laya. Juan Carlos Campo , el ministro que pasará a la historia por indultar a los presos del 1-O , también se levantó el sábado por la mañana sin esperar que el lunes ya no llevaría la cartera de Justicia. A Miquel Iceta el cambio de Política Territorial para situarse al frente del Ministerio de Cultura y Deporte también le sorprendió. Su entorno todavía está un poco desconcertado.
Quien se enteró el sábado, pero sí se lo esperaba fue Isabel Celaá . Tras una legislatura marcada por una polémica reforma educativa y desgastada por la guerra contra la concertada, Celaá deja de ser ministra de Educación. Esto, sumado a los nuevos aires de regeneración que Sánchez quería dar a su nuevo Gobierno, le hacían a Celaá poner en duda su continuidad en el Ejecutivo. Factores suficientes y decisivos para su salida.
Lo mismo le ocurrió a José Manuel Rodríguez Uribes . Recibió la llamada del Presidente el sábado por la mañana. Sin embargo, en su equipo lo daban por hecho desde hacía días. La gestión del impacto de la pandemia durante su mandato al frente del Ministerio de Cultura y Deporte ha sido muy cuestionada.
El hombre fuerte del nuevo Gobierno
No fue el caso de Félix Bolaños . El hombre fuerte de Pedro Sánchez para este nuevo Gobierno , el que nunca se fue y siempre estuvo ahí, sabía desde el viernes que al día siguiente entraría en el Gobierno como ministro de la Presidencia. De manera formal, claro está, porque Bolaños sabía que este cambio se produciría desde hacía tiempo, ya que ha sido él quien ha asesorado al Presidente en todos estos cambios.
Lo de Iván Redondo desconcertó incluso al propio Iván Redondo. El jefe de Gabinete de Sánchez, el todopoderoso Iván, estaba más o menos al tanto de los movimientos que Sánchez y Bolaños iban armando. Menos del que le afectaba directamente. Detrás de ese «hay que saber parar» de su despedida, no había una salida pactada. Se enteró el viernes de que iba a dejar de ser el hombre de referencia de La Moncloa.
De otro cese inesperado a lo pactado
Lo mismo ocurrió con José Luis Ábalos . Pese al desgaste por el 'Delcygate' o su viaje a Canarias en plena crisis migratoria, entre otros, parecía que el ministro de Transportes, Movilidad y Agenda Urbana seguiría junto a Sánchez porque el Presidente siempre tiene presentes a los que no le dieron de lado cuando abandonó el PSOE. Ábalos siempre fue su fiel escudero y, al parecer, se enteró el mismo sábado de que no continuaría como ministro .
A lo largo de las últimas semanas, en el tablero de ajedrez de Sánchez y Bolaños la única pieza que ningo de los dos movía era la de Carmen Calvo . A la que hasta ahora ha sido vicepresidenta primera del Gobierno y ministra de la Presidencia le une una relación de amistad y afecto de muchos años con Bolaños y, ante cualquier cambio, la querían de frente. Calvo no pidió irse, pero cuando empezó a intuir el tablero y las primeras jugadas habló con Sánchez y pactó su salida del Ejecutivo. Así, el sábado, cuando empezaron a sonar nombres, Calvo estaba tranquila. El suyo salió de los primeros. Al igual que el de Pedro Duque . En estos tiempos lo principal es la pandemia y las consecuencias que la crisis sanitaria traerá a España. Deja el Ministerio de Ciencia sin aprobar su medida estrella: la ley de Ciencia.
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